El 5 de septiembre de 1969 arrancó operaciones el Metro de CDMX y Gladys Pereyra se convirtió en la primera usuaria de la “Limusina Naranja”.
O al menos así está registrado en la historia oficial del Sistema de Transporte Colectivo. Gladys, quien era estudiante de idiomas, se considera la primera persona que compró un boleto del Metro. Sin embargo, este hecho es controvertido. Y para entender la polémica, es necesario repasar la historia de un Sistema de Transporte Colectivo y una ciudad que en aquel 1969 eran muy distintos de lo que conocemos actualmente.
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Historia de la primera usuaria del Metro
Oficialmente, el Metro de CDMX inició operaciones a las 5:58 horas del 5 de septiembre de 1969 y Gladys Pereyra fue la primera persona en adquirir un boleto. Lo hizo en la estación del Metro Chapultepec, atendida por el taquillero Carlos Chávez Zempoaltécatl.
Sin embargo, hay 2 personas que llegaron a formarse antes que Gladys. Se trata de Mario Medrano Gómez y Mario Jesús Ríos. La caballerosidad era tal en aquella época que los hombres no solo cedieron a Gladys Pereyra su lugar en la fila, sino también en la historia.
“La crónica dice que el que llegó primero a formarse un señor. Pero como era un caballero, le dio el paso y ella fue la primera persona que compró un boleto”, cuenta en entrevista para Chilango Karla Herrera, encargada de investigación histórica del Museo del Metro.
Sin embargo, la historiadora Karla Herrera también cuenta que en realidad Gladys Pereyra solo fue la primera persona en comprar un boleto en la estación Chapultepec. La estación Zaragoza, que en aquel momento era la terminal, también se abrió simultáneamente, por lo que es difícil determinar quién adquirió el primer boleto.
Del miedo a la sensación
Con el paso de los minutos y las horas, en ese primer día de operaciones se formaron largas filas para ingresar al Metro y conocer el nuevo sistema de transporte de la ciudad.
Sin embargo, la historiadora Karla Herrera cuenta que no fue tan fácil lograr que la gente se interesara por el Metro.
“Se tuvo que pensar en un diseño para que los usuarios estuvieran tranquilos, porque no estaban acostumbrados a bajar al subsuelo. Ahora pensamos que es muy normal, pero se tenía que pensar en que la gente no fuera a sentir claustrofobia o miedo de bajar”.
De acuerdo con Karla, para combatir ese miedo de la población a bajar al subsuelo, las autoridades invitaron a la gente a ver las obras del Metro mientras se realizaba la construcción.
Finalmente, llegado el día, se hicieron largas filas. Todo el mundo quería conocer el Metro.
Diferencias entre el Metro de ayer y hoy
La primera usuaria del Metro y las personas que la acompañaron en los primeros días de operaciones se encontraron con un Sistema de Transporte Colectivo un poco distinto.
Para empezar, como ya se mencionó, la Línea 1 del Metro era más corta en aquel entonces. Iba de Chapultepec a Zaragoza. Las ampliaciones de Pantitlán a Observatorio se construyeron posteriormente.
Además, en aquel entonces el Metro tenía asientos un poco más lujosos. Estos eran acolchados, pero poco a poco se fueron sustituyendo, ya que se rompían, ensuciaban o dañaban.
Por otro lado, los conductores del Metro usaban un uniforme parecido al de los elementos de la policía francesa. Y es que, cabe recordar, los primeros vagones del Metro fueron fabricados en Francia y llegaron a México en barco.
También los primeros boletos del Metro de CDMX se imprimieron en Francia. Tenían costo de 1 peso con 20 centavos si los comprabas por separado. Sin embargo, también podías comprar una tira de 5 boletos por 5 pesos.
En aquellos días, el reto para las autoridades del Metro era explicarle a los usuarios el funcionamiento del sistema. Para ello, fue necesario crear un sistema de colores y señalizaciones que pudieran identificar incluso las personas que no supieran leer. Esas mismas señalizaciones son las que actualmente usan millones de personas en sus traslados.