Mujeres y la cannabis: una larga historia de amor
Desde el antiguo Egipto las mujeres y la cannabis han tenido una gran relación. Te contamos la historia de santas, reinas y políticas en lucha
Por: Andrea Mireille
Las mujeres y la cannabis se parecen mucho; ambas han sido incomprendidas, acusadas injustamente de provocar deseos irresistibles, comportamientos violentos y ser la perdición de los hombres. Esto ha causado que exista desinformación, prejuicios, además de temor y violencia hacia ambas.
Lo cierto es que las mujeres y esta planta han estado estrechamente relacionadas a lo largo de la historia; pues ellas la han usado para curar diversos malestares, para divertirse y encontrarse a sí mismas.
Mucha de la lucha cannábica ha tenido rostro femenino; desde reinas, hasta activistas, te mostramos la relación que la mujeres han tenido con la cannabis y la lucha por sus derechos.
1. Hatshepsut, antiguo Egipto
El uso terapéutico de la cannabis es tan antiguo como la humanidad. De acuerdo con el Women History blog, Hatshepsut fue una de las pocas mujeres que ejerció como faraona. Pese a que ese cargo estaba designado exclusivamente a los hombres. Como ya entonces las mujeres tenían síntomas menstruales como dolor e inflamación, la faraona usaba cannabis para controlar esos molestos cólicos. El Papiro de Ebers, va más allá y es una evidencia clara sobre el uso de la planta; esta compilación de textos médicos aconsejan un emplasto cannábico con miel, el cual debía untarse en la vulva para aminorar las molestias del parto.
Asimismo, las representaciones de Seshat, la antigua diosa egipcia de la sabiduría; el conocimiento y la escritura, muestran una hoja en la parte superior de su tocado, la cual muchos historiadores consideran como una hoja de cannabis.
2. La Reina Victoria
Otra figura de autoridad que aliviaba sus molestias menstruales con cannabis. Según Richard J. Miller, profesor de farmacología de la Universidad Northwestern, a la reina le era recetada como tintura por su doctor, Sir J. Russell Reynolds. Este doctor aseguraba en 1890 que la cannabis tenía numerosos beneficios y era una auténtica maravilla. “Cuando se administra con cuidado, es uno de los medicamentos más valiosos que poseemos”, afirmaba. En tanto, Miller añade que incluso el ánimo de la reina mejoraba cuando se echaba su dosis.
Curiosamente, una de las presentaciones más adquiridas en la actualidad, después de los porros y los comestibles son las tinturas.
3. Hildegard von Bingen
Olvida a la novicia, ella sí que era rebelde y alocada; esta abadesa alemana del siglo XII, llevaba el arte en sus venas. Compuso piezas musicales, escribió obras de teatro, sobre teología y uso terapéutico de la cannabis; en Physica escribió que “una toalla preparada con cannabis colocada sobre llagas y heridas daba buenos resultados. Y que, quién sufriera dolor de cabeza podía comerla para aliviarlo, también era cultivadora de la yerba.
Fue declarada oficialmente santa en 2012 y su conocimiento cannábico ha sido reconocido. Pues como sabemos, la planta tiene propiedades antiinflamatorias que ayudan a relajar los músculos y combatir el dolor.
4. Margaret Mead
Dos años antes de que la guerra contra las drogas llegara a nuestras vidas, gracias a Richard Nixon; Margaret Mead, antropóloga estadounidense, testificó ante el Congreso de Estados Unidos para afirmar, sin titubeos, que la marihuana debía ser legal. En esa declaración, aseguró que la cannabis “no es perjudicial a menos que se consuma en cantidades enormes y excesivas”.
Posteriormente declaró a Newsweek en 1970 que ella había consumido cannabis y rechazó la prohibición, que solo se recrudecería después de su testimonio. Tras su muerte, en 1978, se le concedió la Medalla Presidencial de la Libertad y sus palabras sin reservas, se consideran un precedente en la lucha a favor del uso libre del cannabis.
5. Patricia Mercado
Más cercana al presente y a nuestro contexto. Patricia Mercado propuso despenalizar el consumo de cannabis durante su candidatura en 2006. Fue la única que hizo énfasis en el tema durante su campaña y además admitió sin tapujos que había consumido cuando era joven. Recientemente se pronunció en favor de lxs pacientes vía Twitter; donde aseguró que: “la cannabis medicinal es legal en México, pero quienes la necesitan solo encuentran trabas”. Por ello ha hecho hincapié en “evaluar su eficacia y remover obstáculos”.
6. Elsa Conde
La primera iniciativa sobre el uso del cannabis fue presentada por ella en 2007, cuando era parte del ahora extinto Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina (PASC). Eso fue hace 13 años y el panorama no es muy diferente. Ese no fue su único intento, pues en 2013 volvió a solicitar atender el consumo de marihuana como asunto de salud pública.
Pese a los escasos avances, esta mujer abrió las puertas para intentar tener acceso seguro y legal para quienes lo requieran. A partir de la iniciativa de Conde, se han presentado alrededor de 70 propuestas en ambas cámaras y de distintos partidos, incluso el PAN.
7. Jesusa Rodríguez
La más destapada de todas, no solo ha sido captada fumando; se ha declarado “una senadora marihuana de tiempo completo”. También ha defendido el uso de otras de las llamadas “plantas maestras” como el peyote y los hongos; de las que dijo “hay que reservarles su lugar”. En septiembre de 2020 entró al senado con una planta para exigir su despenalización. Se mantuvo en contacto con algunos integrantes del Movimiento Cannábico Mexicano (MCM) durante el plantón que realizaron a las afueras del Senado y no ha dejado de afirmar que despenalizar el cannabis es una prioridad.
8. Zara Snapp
La cara más visible de las numerosas activistas que luchan por la regulación cannábica. Es cofundadora del Instituto RIA, organismo civil que investiga y se involucra en la política de drogas mexicana. Es autora del libro Diccionario de drogas y conductora en Tiempo de cannabis.
Aboga por el uso desde una perspectiva de género, alejada de la prohibición y con una estrecha relación con las mujeres. Es una de las tres personas a las que se les otorgó un amparo para poder importar y/o comprar semillas de cannabis con el fin de producir y consumir sin fines de lucro.
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