La temporada entre Navidad y Día de Reyes está llena de nostalgia y muchas risas, sobre todo cuando recordamos los juguetes que marcaron nuestra infancia. Curiosamente, algunos de los más representativos tienen nuevas versiones, mientras que otros han permanecido en el mercado y viven un boom de popularidad.
Aquí te contamos sobre el origen de Mi Pequeño Pony, la nueva generación de Furby; y cómo Polly Pocket y el Microhornito regresaron a sus raíces.
Furby
El Furby llegó en 1998 con un look entre Gremlin y animatronic que, aunque daba ternura, a veces asustaba un poco. Se convirtió en uno de los favoritos de finales de los 90 y dosmiles tempranos y, aunque desapareció para sus primeros fans, constó de varias generaciones que pasaron desapercibidas para quienes ya somos #asídeold
Justo en 2023, 25 años después del lanzamiento de la primera versión de estos muñecos, llegó la quinta generación de Furby en colores morado y coral. ¡La verdad es que lucen adorables y los nuestros ya están para el Museo del Juguete Antiguo! Incluyen 5 modos que se activan por voz —aunque no hables furbish— entre los que hay hasta un mood para relajarte y meditar. Tuvieron que pasar un montón de ediciones y colores para llegar a este punto.
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Mi Pequeño Pony
Aunque estos juguetes, y el contenido televisivo que los acompaña, nunca se fueron del todo. Cabe destacar que la estética actual de Mi Pequeño Pony ―con ojos grandes, muy de anime― en realidad “solo” lleva 20 años. Estas figuras adorables se dieron a conocer en 1981 (pregúntale a tus tías chavorrucas) y durante los 80 y 90 tuvieron una estética un poquito menos “bebé”, aunque sí había familias con ponies de todas las edades y hasta hipocampos. ¿Cuál fue tu generación?
Microhornito
Este juguete-electrodoméstico que sí funcionaba, Easy-Bake en inglés, ha sido el favorito de varias generaciones. De hecho, lo lanzaron en 1963 en colores fuertes y tonos primarios diferentes a con los que lo ubicamos de la generación X para abajo. Siempre fue una idea genial, pero “en nuestros tiempos” la publicidad del producto se dirigía a niñas y estaba creado en tonos rosas y morados. Lo bueno es que desde 2012, cuando hubo una petición en Change.org de no fomentar los estereotipos de género con el juguete, se lanzó en tonos neutrales en plata y negro, así como una versión en azul.
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Polly Pocket
Los Polly Pocket surgieron en 1989 y su boom en México fue durante los 90. Su principal característica era que eran muñecas cuyos universos habitaban polveras de maquillaje, estuches escolares y hasta anillos, por lo que eran diminutas. A finales de los 90, con el cambio de compañía, “crecieron” hasta medir casi 10 centímetros y tener ropita —muy probablemente, tú que nos lees conociste esta versión—. Aunque las versiones originales de los juguetes están descontinuadas (por algo cuestan carísimas en reventa), desde 2018 se lanzó una versión miniatura que bien podría ser una alternativa estilizada a con la que xennials crecieron.
Los que nunca se fueron
Aunque parece que nos tocaron, desaparecieron y ahora son los predilectos de las nuevas generaciones, hay otros juguetes de la infancia que nunca se fueron: simplemente recuperaron popularidad. Entre estos están las tarjetas de Pokémon (1996), Tamagotchi (1996), los tazos (década de 1990), los Beanie Babies (1996) y hasta los Cabagge Patch Kids (1982).
Ni qué decir de los Lego (1932), Barbie (1959) y Playmobil (1974), que se han reinventado durante décadas.
¿Cuáles juguetes de tu infancia son los que más disfrutaste?
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