La historia que no sabías de estas casas antiguas de la Colonia Roma
¿Te has fijado en la belleza de las casas antiguas de la Colonia Roma? Muchas veces caminamos por la ciudad y no nos imaginamos las obras de arte que tenemos a un lado.
Por: Sara De Lille
¿Te has fijado en la belleza de las casas antiguas de la Colonia Roma? Muchas veces caminamos por la ciudad y no nos imaginamos las obras de arte que tenemos a un lado.
En la Colonia Roma es normal que vayamos de paseo más tranqui, así que hay que aprovechar y detenerse un momento. Aquí te dejamos cuatro casas que vale la pena apreciar y conocer un poquito más de la historia de la ciudad como chilango que se respeta.
Recorrido de casas antiguas por la Colonia Roma
Colonia Roma: estilo afrancesado en sus casas y en su trazo
La Colonia Roma fue una oportunidad de urbanización ordenada, con un trazado a partir de lotes y con avances tecnológicos en el alumbrado y pavimentación. ¿Qué había antes? Pues justo el pueblo que le da nombre, el de la Romita. Algunos residentes no querían dejar su terreno, por eso hoy todavía encontramos el barrio de la Romita en la Colonia Roma.
Era 1902-1903 cuando se comenzaron los trabajos de urbanización, extendiendo así la extensión de la ciudad. No es sorpresa que haya inspiración francesa en el trazo de la colonia e incluso en varias construcciones, siendo los años de El Porfiriato.
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Casa Friedrich y Emma Vogel: Orizaba 126
Un emprendedor del negocio de la cerveza llegó a los inicios de la Colonia Roma con su familia. Se trataba de Friedrich (Federico para los cuates) Vogel con su esposa Emma e hijos. En el año 1909 construyen su modesto -ay ajá- hogar inspirado en un castillo alemán, el Stolzenfels.
Con experiencia en empresas de cerveza, de hielo, y dueños de un restaurante de comida alemana, los Vogel podían acceder a un hogar en la nueva colonia “it” del momento: la Colonia Roma.
En un predio de casi 2,000 metros cuadrados se comenzó a construir el mini castillo. En esos tiempos no llamaba tanto la atención basarse en el estilo medieval, aunque supongo siempre llamó la atención por la arquitectura. Ahora sí sobresale del común de casas y edificios de la zona pero de alguna manera se siente parte intrínseca de la calle de Orizaba. Hoy en día funciona como escuela con el nombre de Instituto Renacimiento, de la orden de los mercedarios.
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Casa Díaz-Peláez: Orizaba antes 139 hoy 131
Si has ido al Madre Café ya ubicas esta casa. Es realmente increíble entrar y ver su grandiosidad. En el interior encontramos ahora el restaurante Machu. En su entrada te recibe un pórtico poco común para la época, sostenido por dos grandes columnas.
Vale la pena pasear por cada salón imaginando la vida de familia en este hogar. Y es que antes ser comercio chic de la zona, fue conocida como la casa Díaz-Peláez por la familia que la mandó hacer.
Si te fijas en los detalles verás que comparte bastante el diseño con la Casa Lamm que se ubica a dos cuadras sobre Álvaro Obregón. No es coincidencia, ya que los arquitectos fueron los Lamm, papá e hijo Lewis Lamm descendientes de Cassius Clay Lamm.
En ese entonces la Plaza Luis Cabrera recibía el nombre de Plaza Ajusco. La calle de Orizaba adquirió gran relevancia porque era el eje que desembocaba en el entonces Estadio Nacional. En este lugar de la Colonia Roma tomaban posesión los presidentes.
Después de ser casa habitada por familias, este espacio fue parte de las oficinas de la Cineteca Nacional y después de la Universidad Londres. Ya en el siglo XXI dio el giro comercial permitiendo que habitemos desde un lugar diferente esta casa histórica de la colonia.
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Edificio Balmori
Era el año 1922 cuando comenzó la construcción del Edificio Balmori. El encargado de esta obra fue el ingeniero Ignacio Capetillo y Servín, tal vez lo recuerdes por edificios como el Teatro Esperanza Iris en el Centro Histórico. El Balmori presenta el estilo afrancesado de la época y llama la atención su construcción en cantera.
Fue una clínica de maternidad y en 1930 tuvo un cine. Pero luego de sus mejores años llegó el deterioro y el olvido. Por la falta de mantenimiento se planeó su demolición en 1989 pero un grupo de artistas tomaron el lugar. Puertas y ventanas tapiadas se llenaron de arte.
Aldo Flores, director de la galería Salón Aztecas, hizo convocatoria para que los artistas defendieran el edificio. Se pusieron andamios, se armó un colectivo y se evitó la demolición. La toma de Balmori fue solo el principio para que los artistas defendieran más edificios históricos. En 1990 se hizo su restauración, la cual lo dejó como lo conocemos hoy. Ahora hay espacio de oficinas y comercios.
Cuando tomes el té o compres algún producto en las tiendas que lo ocupan, ahora sabrás que es un edificio que se levanta gracias a jóvenes artistas, y que desde 1922 ha sido un lugar icónico de la colonia.
CASUL, Casa Universitaria del Libro de la UNAM
Si caminamos más hacia el norte podremos encontrar una casa que sobresale del paisaje. Se trata del número 24 en Orizaba, pasando la increíble Parroquia de la Sagrada Familia. Esta casa hoy es la Casa Universitaria del Libro de la UNAM por su arquitectura e historia, vale la pena agregarla a la lista de “musts”.
Inaugurada en 1929 era conocida como la Casa Baranda-Luján por sus primeros dueños. La familia adquirió un predio de 2,300 metros cuadrados, un espacio para construir una casa moderna que contaría con grandes avances para la época.
Contaba con un elevador, un semisótano, doble drenaje y hasta clósets. Porque en esa época la gente usaba roperos, como cantaba Cri Cri, “toma el llavero abuelita, y enseñame tu ropero…” Esta casa entonces, representa un punto rico no solo por su arquitectura Art Déco y Art Nouveau, sino por su modernidad en la época de los años 30.
Al fallecer el marido, Doña Dolores Luján vende la casa al Centro Asturiano de México y donde había habitaciones y salones, se convirtió en salones de billar, boliche, restaurante y hasta un auditorio. Le decimos casa pero para un chilango promedio, esta era una mansión.
En 1985 los asturianos se mudan a Polanco y para 1986 llega la UNAM. Aquí ahora se encuentra desde aquel entonces la Casa Universitaria del Libro. En este magnífico espacio se dan capacitaciones de editorial, talleres, presentaciones de libro y mesas redondas. Aunque por el covid se cerraron actividades presenciales, seguramente pronto abrirán de nuevo.
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