El 13 de septiembre de 1847 seis jóvenes cadetes del Colegio Militar murieron en el Castillo de Chapultepec luchando contra la invasión por parte del ejército estadounidense. A partir de entonces, la historia oficial pasó a recordarlos por su valentía como ” los Niños Héroes“. Y si bien tanto la existencia como el heroísmo de Juan Escutia, Juan de la Barrera, Fernando Montes de Oca, Agustín Melgar, Vicente Suárez y Francisco Márquez son incontrovertibles, lo cierto es que alrededor de su gesta se han construido mitos que deben ser derribados en aras de honrar su verdadero rol y el de otros soldados y cadetes que participaron en la batalla.
Diversos historiadores aseguran que, si bien los cadetes fueron verdaderos héroes, la historia oficial fue aderezada con mitos para convertirlos en símbolos del nacionalismo mexicano. Datos como las edades de los Niños Héroes y sobre todo el relato de Juan Escutia lanzándose del Castillo de Chapultepec han sido exagerados y deben ser puestos en contexto.
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Lo que no se dice sobre la historia de los Niños Héroes
Para contextualizar lo que realmente ocurrió el 13 de septiembre de 1847 hay que empezar por contar que los Niños Héroes combatieron junto a alrededor de 800 soldados mexicanos y otros 41 cadetes. Su heroísmo radica en que no solo lo hicieron voluntariamente, sino que además enfrentaron a más de 7000 elementos del ejército estadounidense comandado por Winfield Scott.
Pero ¿por qué los jóvenes son los más recordados entre todos los 600 mexicanos que murieron en la batalla? En efecto: esto se debe en parte a su heroísmo. El ataque al Castillo de Chapultepec duró más de 24 horas durante las cuales cerca de 400 soldados mexicanos integrantes del Batallón Toluca desertaron. No así los integrantes del Batallón de San Blas y 47 cadetes del Colegio Militar, quienes se quedaron a combatir. Como bien apunta el historiador Alejandro Rosas:
“No tenían la obligación de permanecer en el Castillo por su condición de cadetes y decidieron quedarse voluntariamente […] con escasas provisiones y pertrechos militares, resistieron el bombardeo de más de un día, bajo el fuego de la artillería enemiga que hacía cimbrar Chapultepec entero”.
Los seis jóvenes a quienes conocemos como Niños Héroes son más recordados por la historia debido a que fueron los únicos cadetes que fallecieron en la batalla. No obstante, también murieron otros 600 soldados ese día. Además, 41 cadetes combatieron y sobrevivieron.
“Cada 13 de septiembre cuando en la ceremonia cívica se escucha el grito: ‘¡Murió por la Patria!’, habría que pensar en todos los caídos y no sólo en los niños héroes”, considera Rosas.
¿Qué tan niños eran los héroes?
Otro dato del que no se suele hablar tanto es que en su mayoría los Niños Héroes eran adolescentes o jóvenes adultos. Solo 2 de ellos, Francisco Márquez y Vicente Suárez, eran menores de edad. Ambos tenían 14 años. El resto tenían lo que actualmente se considera como mayoría de edad. Agustín Melgar y Fernando Montes de Oca tenían 18 años. Por su parte, Juan de la Barrera tenía 19 y Juan Escutia 20.
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Juan Escutia no se lanzó con la bandera
Pero algunos investigadores coinciden en que el mayor mito en torno a la historia de los niños héroes es la supuesta acción de Juan Escutia, quien al verse acorralado se habría envuelto en la bandera mexicana y lanzado desde el Castillo de Chapultepec para evitar que los estadounidenses capturaran el lábaro patrio.
Sin embargo, Alejandro Rosas asegura que Juan Escutia no murió al lanzarse del castillo, sino que fue asesinado durante su intento de escapar del mismo:
“Escutia no murió por un salto ni envuelto en una bandera. Cayó abatido a tiros junto con Francisco Márquez y Fernando Montes de Oca cuando intentaban huir hacia el jardín Botánico. La bandera mexicana fue capturada por los estadounidenses y fue devuelta a México hasta el sexenio de José López Portillo.
En lo anterior también coincide el cronista, escritor y divulgador Enrique Ortiz García, quien añade que la bandera mexicana capturada en Chapultepec permaneció durante más de un siglo en la academia militar estadounidense de Westpoint.
No obstante, el mito de un mexicano lanzándose con la bandera en un acto heroico no es totalmente infundado.
Margarito Zuazo, el mexicano que sí se lanzó con la bandera de México
Ortiz García agrega que la historia oficial acerca de Juan Escutia “es un mito basado en la gesta de Margarito Zuazo”. Pero, ¿quien fue Zuazo y qué hizo? Se trata de un teniente que también combatió ante la invasión estadounidense, pero no en el Castillo de Chapultepec. Zuazo combatió en Molino del Rey 5 días antes de la muerte de los Niños Héroes.
De acuerdo con Salvador Rueda Smithers, fundador del Museo Nacional de Historia, lo hecho por Zuazo “es el origen de la leyenda histórica que después se atribuye a uno de los cadetes del Colegio Militar”. En septiembre de 2020, durante el webinar ¿Conquistadores en Chapultepec? De guerras y batallas en la historia de nuestro Bosque, el historiador relató la hazaña del teniente:
“Había dos molinos, uno de harina y otro de pólvora, y entre esos había una trinchera que fue tomada por los americanos y defendida por el regimiento en mina. Un voluntario, el teniente Margarito Zuazo, tomó la bandera del regimiento, se la amarró y se arrojó al enemigo. Lo mataron pero le hicieron el honor por la valentía”.
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La construcción del mito de Juan Escutia y los Niños Héroes en la historia oficial
Entonces, ¿cómo se mezclaron las historias de Juan Escutia y los Niños Héroes? Salvador Rueda Smithers considera que a ello pudo haber contribuido el escritor Guillermo Prieto:
“En los años 70 del siglo XIX cuando reabrió el Colegio Militar, le encargaron a Prieto hacer el libro de Historia patria, para los cadetes y él usó, a manera de metáfora, lo que sucedió en la Batalla de Molino del Rey y de Chapultepec para darles una lección de alta moral y es posible que ahí haya nacido la leyenda del cadete que se arroja con la bandera”.
No obstante, más que una confusión, el mito de los Niños Héroes parece ser una narrativa construida por los gobiernos posrevolucionarios para alimentar sentimientos nacionalistas.
Al respecto, Alejandro Rosas recuerda que en 1947, en el marco del centenario de la guerra entre México y Estados Unidos, se anunció el hallazgo de 6 cuerpos enterrados alrededor del Castillo de Chapultepec. Historiadores y antropólogos realizaron pruebas que supuestamente comprobaban que se trataba de los restos de los Niños Héroes. Por ello, el gobierno de Miguel Alemán mandó construir el Altar a la Patria, también conocido como Monumento a los Niños Héroes. El monumento se inauguró en 1952. Allí se colocaron los supuestos cuerpos de los cadetes fallecidos en la batalla del Castillo de Chapultepec.
No obstante, lo anterior contrasta, por ejemplo, por una placa colocada por el Colegio Millitar en el lugar donde se halló el cadáver de Juan Escutia.
Más allá de mitos, lo cierto es que el de los Niños Héroes es uno de los capítulos que merecen ser recordados en la historia de México. Pero al hacerlo, es importante no olvidar a los otros soldados y cadetes que combatieron en el Castillo de Chapultepec.