En todo el mundo se asocia a esta flor con la Navidad, pero la historia de la Nochebuena empezó en México vinculada a la sangre de los guerreros aztecas.
La Euhphorbia Pulchérrima, nombre científico de la Nochebuena, es una flor 100 por ciento mexicana. Es originaria de la costa del Pacífico, sobre todo de estados como Guerrero, Sinaloa y Chiapas. Pero ¿cómo llegó a convertirse en el símbolo de la navidad a nivel mundial? ¿Qué significado tenía originalmente para los pueblos originarios?
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Cuetlaxóchitl, el nombre original de la Nochebuena
La flor que actualmente llamamos nochebuena era conocida por los aztecas como cuetlaxóchitl. Se tienen dos teorías sobre su significado. Su acepción más aceptada es “flor que se marchita” debido al uso que se le daba en ceremonias rituales. Sin embargo, también podría significar “flor de cuero” porque se empleaba para teñir textiles y cueros.
Durante el siglo XV el tlatoani Nezahualcóyotl creó el primer jardín botánico del que se tiene registro en México. Para ello, mandó traer todo tipo de plantas. Fue así como la cuetlaxóchitl llegó al centro del país.
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La flor de los guerreros y del dios de la Guerra
De acuerdo con la Secretaría de Cultura, la cuetlaxóchitl era una flor que tenía usos rituales. Se empleaba en una celebración conocida como Tlaxochimaco, dedicada a Huitzilopochtli, el dios de la guerra. La asociación entre esta planta y la guerra se debe a su color rojo, vinculado a la sangre de los sacrificios aztecas.
Así, mucho antes de estar relacionada con la Navidad, la Nochebuena se utilizaba tanto en las ofrendas a Huitzilopochtli como en los altares dedicados a los guerreros muertos en cumplimiento de su deber. Su color rojo, parecido al tono de la sangre “simbolizaba la pureza y la nueva vida que obtenían los guerreros muertos en batalla”.
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Otros usos de la Nochebuena a lo largo de la historia
Además de este uso ritual, antes de la conquista los aztecas usaban la flor que ahora conocemos como nochebuena para teñir textiles y cueros. Pero no solo eso; también tenía usos medicinales. Se empleaba para tratar afecciones cardiacas y respiratorias, así como en una infusión para controlar la hemorragia vaginal y regular la menstruación.
Por otro lado, su principal uso terapéutico tenía que ver con la leche materna: se le daba a las madres y a las nodrizas para aumentar su secreción.
La conquista cambió la historia de la Nochebuena
En cambio, el significado y los usos de esta flor cambiaron con la conquista. Los frailes observaron que el florecimiento de la cuetlaxóchitl coincidía con la época decembrina y la utilizaron como una de sus muchas herramientas de evangelización.
Reconociendo el uso ritual que ya tenía la flor, la comenzaron a usar para adornar las iglesias y la vincularon a la fiesta católica de la navidad, bautizándola como Nochebuena. Desde la época colonial esta flor llegó a Europa por el contacto con la metrópoli. Posteriormente, en 1815, el estadounidense Joel Roberts Poinsett la llevó a su país. Allí también fue adoptada como un símbolo navideño y su nuevo significado, muy distinto al que tenía originalmente para los aztecas, se globalizó.
Hoy en día, la Nochebuena, una flor de México para el mundo, está asociada a la Navidad. Sin embargo, su origen es muy distinto. Lejos de asociarse a la noche de paz y de amor, estaba relacionada con el dios de la guerra y la sangre de los guerreros aztecas.
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