Quizás no figura en los conteos de zonas trendy de la CDMX —y que así se mantenga porque la gentrificación le respira en la nuca y no autorizamos—, pero esa es la magia de la colonia Portales. Aquí el tiempo quedó suspendido, hay casonas antiquísimas, mosaicos setenteros, locales que siguen viviendo en el siglo pasado y un montón de puestos para atender la demanda de esta zona comercial.
Esto es lo chido del barrio: aquí encuentras todo lo que necesitas porque es como una versión pequeñita del Centro Histórico. Su mero mole son las materias primas, ya que hay enormes almacenes como La Alpina y el mercado que se defiende con todo tipo de alimentos. También los puestos con las piñatas más perronas, decoraciones para fiestas, antigüedades y de la comida ni se diga, hay opciones buenas, bonitas y baratas.
A decir verdad, es un lugar donde puedes pasear muy a gusto sin gastar una lanota y al que puedes llegar fácilmente en Metro. ¿La recorremos juntos? Esta es una guía para dominguear sabroso en la Colonia Portales con poco presupuesto.
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De hacienda a la emblemática colonia Portales
Primero vamos a desentrañar su pasado. Aunque hay modernos edificios, entre las calles aún es posible encontrar casonas con hasta cien años y vecindades. La historia de la colonia se remonta a la época virreinal, a principios del siglo XVIII, cuando se estableció la hacienda de Nuestra Señora de la Soledad de los Portales, un sitio destinado a la ganadería y comercio de algunos productos procedentes del sur —Xochimilco, Tlalpan y Milpa Alta— y del oriente —Iztapalapa—.
La hacienda era enorme, abarcaba desde Santa Cruz Atoyac, topaba con Churubusco y hasta Mexicaltzingo. Fue hasta 1888 que el terreno fue adquirido por Francisco Cravioto, quien se asoció con Herbert P. Lewis para fraccionarlo y trazar una colonia habitacional. Inicialmente esto fue planeado para los trabajadores de la hacienda, pero debido al intenso paso de comerciantes muchos se quedaron a vivir aquí.
El proceso de urbanización de la zona se dio con mucha más fuerza pasando la Revolución, cuando el carácter rural quedó atrás y se edificaron vecindades, bodegas y negocios. Algunas personas llegaban como voladores a las calles para montar puestos de productos variados, desde antigüedades, hasta frescos cosechados por ellos. Por lo que el gobierno inauguró en 1957 el mercado de la zona. Aún así la esencia del comercio callejero se mantiene.
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Guía para comer, beber y chacharear en la Portales
Ahora sí, lo mero bueno, un recorrido para disfrutar de la colonia Portales de CDMX. Como la tradición comercial y chacarera se mantiene aquí encontrarás un montón de curiosidades. Si estás buscando amueblar tu casa o decorarla con antigüedades, remodelar tu baño, armar la fiesta más épica o simplemente hacer el mandado y echarte unos ricos tacos, este es el lugar indicado.
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Rico Tacos Mixiotes
La primera parada son los Rico Tacos Mixiotes que, la neta, sí están así de sabrosos como su nombre presume. Este negocio familiar comenzó con una ventanita desde donde despachaban mixiotes de res y tacos de cecina que se comían de pie recargado en la pared. Debido a la demanda ahora colocaron un par de mesitas y abrieron el portón para recibir a quienes se toman el tiempo de comer. ¡Ya hasta micheladas ofrecen!
Aunque los mixiotes son su especialidad, la cecina y longaniza que traen de Morelos es buenísima, por lo que los tacos campechanos también son recomendables. El ambiente es familiar, aquí llegan vecinos de la zona para dominguear escuchando El Querreque. Otros más se refugian del sol y del caos del mercado tras hacer sus compras. Pídete unos taquitos acompañados de nopales, papa y cebolla, un agua de jamaica —súper refrescante y poco dulce— y a gozar.
Dónde: Bélgica #303, colonia Portales Norte, CDMX. Casi esquina con Víctor Hugo
Costo aprox.: $30 pesos por taco
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Mercado de Portales
Para hacer el mandado el referente de la colonia es el Mercado Portales, unp de los más viejos de CDMX con 65 años de antigüedad. Aquí encontrarás lo típico: frutas y verduras frescas, pollerías, carnicerías, abarrotes, florerías y hasta productos gourmet. Un diferenciador es su oferta para comer. ¡Hay fondas viejísimas! Te sorprenderán el mobiliario de estas, hasta la tortilladora pareciera de juguete.
Hay juguerías, cenadurías —que cierran a las seis— y hasta puestos de cocteles. Pero la comida no lo es todo, también hay locales de ropa y accesorios. Al fondo está el área de mercerías, uniformes y disfraces, la cual es una locura para Halloween y durante el regreso a clases. Además de la venta, muchos negocios también se dedican a ofrecer servicios de sastrería, costuras y reparación. Lo que necesites, te lo resuelven.
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Tianguis de chácharas
Saliendo por la parte de atrás del mercado encontrarás un mercadillo de tlapalería, reparación, lámparas y artículos para baño. ¡Perfecto si andas remodelando! Los precios son más asequibles pero, ojo, ya que como en cualquier tianguis pueden hacerte chanchullo. Pregunta y compara precios antes de tomar una decisión.
Si caminas hacia la calle de Rumania encontrarás el pequeño, pero muy chido tianguis de chácharas de la colonia. Este se extiende a lo largo de cuatro calles con objetos que van desde las fotografías antiguas, cristalería, muebles y ropa. Como en cualquier cháchara hay que estar a la cacería y darse vueltas regularmente para encontrar las joyitas que robarán tu corazón, así que paciencia y ven continuamente.
Además de los puestos podrás ver algunos vendedores en carreta, quienes acomodan su puesto de manera itinerante. Estos pasan entre las calles comprando o recibiendo productos para la venta. Por otro lado, hay varios negocios establecidos que también le entran a la cháchara, el más famoso es el Bazar Reto (en la calle Francisco Montes de Oca, el cual se especializa en curar muebles y artículos decorativos vintage. ¡Hasta de 1800!
Dónde: Rumania esquina con Libertad, colonia Portales Norte
Cuándo: Sólo los fines de semana, desde las 9 am
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Salón Portales
Tanto shopping y chachareo activa la sed de la mala, esa que sólo se mitiga con unas chelas bien frías. Por suerte a unos pasos del tianguis se encuentra el Salón Portales, una peculiar cantina con temática de vikingos. Prepárate para chocar los tarros en un lugar lleno de pinturas nórdicas, con vitrales de aves y hasta de comida, el ambiente más bizarro de la colonia.
El interior es lo único nórdico del lugar ya que funciona como una cantina tradicional. Aquí pides tu bebida y ellos te llevan botana variada, quesadillas, caldo o algún guisado. El sazón es rico, así que si te da hambre te recomendamos pedir algo del menú. Como dicen las mamás, no juzgues a un libro por su portada, aquí vas a pasar un rato divertido con bebida a buen precio. Clasicazo de la Portales.
Dónde: Víctor Hugo #72, colonia Portales Norte
Costo aprox.: Desde $40 pesos la cerveza
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Elotes Mau
¿Hora de bajarte la jarra? Nuestra favorita es aplicar los Elote Mau, los más populares del mercado. Justo afuera del mercado de la colonia Portales se encuentra este puesto de elotes, esquites y chayotes —sí, botanita tradicional de CDMX—. Los esquites son caldosos, sazonados con chilito, mientras que los elotes puedes elegir entre asados o hervidos. El maíz que ocupan es de Milpa Alta y lo mejor es que tienen cacahuazintle, el de grano gordito, casi todo el año.
Dónde: Calle de Santa Cruz, afuera del Mercado de Portales
Costo aprox.: Desde $30 pesos
California Dancing Club
Para terminar el día moviendo el esqueleto está el California Dancing Club, mejor conocido como “el palacio de baile de baile en México” o “el califas” por sus visitantes. Este lugar se quedó suspendido en el tiempo, literalmente, la estructura continúa siendo la original y el modo de operar aún es con boletos y fichas. Este emblemático sitio abrió en 1954, en el inmueble que anteriormente albergaba el Cine Bretaña, justo en la época de los salones de baile.
Aunque hoy no vive sus mejores momentos debido al deterioro y falta de mantenimiento, cada fin de semana sigue deleitando con mambo, danzón, chachachá, cumbia y swing a todos los bailarines que asisten. El baile se lo toman muy en serio, todas las parejas llegan vestidas con trajes de pachuco, vestidos de lentejuela y zapatos de charol para que la experiencia sea más auténtica. Dentro del lugar no hay venta de alcohol, sólo lonches y refrescos mientras descansas entre canciones.
Dónde: Tlalpan #1189, colonia Portales Norte
Entonces, ¿cuándo vas a armar el tour por la colonia Portales, una de las más tradicionales de CDMX?