¿Cómo vive una familia lesbomaternal en México? El 10 de mayo es, culturalmente, una de las fechas que más se celebran en México. Flores, serenatas y restaurantes llenos dan fe de esto. ¿Qué pasa cuando la tradición se encuentra de frente con la existencia de otras familias, casi siempre invisibilizadas? Esto es lo que ocurre en el hogar de Delia González, empresaria, artista plástica y diseñadora de joyería, y su esposa Hilda Téllez, defensora de derechos humanos y feminista.
Como pareja tienen ya 9 años, y están por cumplir 4 años unidas en matrimonio igualitario. Desde que se conocieron ya eran madres: Delia de dos hijos y una hija y, por su parte, Hilda era madre de un hijo.
“Fuimos educadas en una cultura heteropatriarcal y normada, donde la información desde todos los espacios era perpetuar los roles socialmente establecidos: la heterosexualidad obligada. No había alternativa. En nuestros respectivos momentos ‘cumplimos’ con esa norma”, nos cuenta Hilda, quien gracias a su interés y trabajo en el activismo contra la violencia de género y en pro de la igualdad, es actualmente Directora General de la Tercera Visitaduría de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Ambas, Delia e Hilda, además de su amor de pareja comparten el interés por el activismo y la lucha en pro de las familias diversas y el matrimonio civil igualitario. Conocedoras en carne propia de los obstáculos con los que tienen que lidiar las familias que no se ajustan a los moldes tradicionales. Por ello, luchan por allanar el camino para otras parejas que quieran constituir sus propias familias.
El desafío en nuestro caso era reconstruir una familia integrada a partir de nuestros respectivos hijos e hija. No solamente romper con la heteronorma, sino además construir una familia en el respeto, el amor, la consideración, la solidaridad y con todo lo que eso implicaba.
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La lucha diaria de ser una familia lesbomaternal
Delia e Hilda saben que están haciendo camino para que, en el futuro, otras familias no tengan que lidiar con obstáculos que hoy tienen las familias de la diversidad. Tal es el caso de las trabas legales y los señalamientos sociales, mismos que ocurren incluso dentro de las propias familias.
Somos promotoras del respeto, reconocimiento y protección de los derechos de las familias diversas. Tanto en la parte social como en la legal. Esto implica muchas luchas, primero haber desafiado y romper con los roles estereotipados impuestos y después construir y defender esta familia. Incluso a veces de nuestra propia familia. Pues al interior también se vive el rechazo e incluso la violencia; sin embargo, la firmeza de fortalecer esta unión familiar fue nuestro mayor motivo. Es una lucha diaria; no es sencillo pues crecer bajo el contexto de la “familia tradicional” como regla implica ser constantes y no ceder a las diversas violencias.
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La importancia de vivir el amor desde la visibilidad y el orgullo
“Amor es amor” es una de las declaraciones más poderosas que han sido acuñadas. En el caso de la lucha por el matrimonio igualitario, esto ha revolucionado la manera en la que se perciben las uniones entre personas del mismo sexo. Antes de la reforma a la ley que entró en vigor en marzo de 2010 en la CDMX, el matrimonio era visto como un mecanismo validar la reproducción y al que solo podían acceder parejas heterosexuales. Es por eso que todas las familias diversas quedaban fuera.
Gracias al trabajo incansable de activistas, las leyes han cambiado no solo en la capital, sino en la mayoría de los estados, siendo Jalisco el último en sumarse el pasado abril de 2022.
“La diversidad es un principio de vida. No podemos pensar que el concepto “familia” solamente sea aquella que se forma entre un hombre y una mujer, como en su momento lo decía la ley para perpetuar la especie. Lo real es la existencia de familias diversas y parte de ello es las conformadas entre personas del mismo sexo y todas merecen el respeto, reconocimiento y protección legal. Es altamente importante hacerlas visibles, la diversidad es la regla, no es la excepción”, señala Hilda.
Los obstáculos que aún enfrentan las familias homoparentales y lesbomaternales
A pesar de que hoy en 20 de 32 entidades federativas se reconozca el matrimonio igualitario, aún hay trabajo por hacer para que parejas conformadas por lesbianas, gays, o por personas no binarias, puedan acceder a plenitud de derechos. Es un espejismo el creer que todo está ganado. Esto es algo que Hilda y Delia saben, y es por ello que, desde su propio amor, luchan para que todas las familias sean reconocidas.
Reiteramos que es una lucha constante el reconocimiento de nuestras familias. Aún tenemos entidades federativas que incluso no tienen armonizadas sus leyes para garantizar el matrimonio civil igualitario y con ello, no solo la posibilidad de casarse y formar una familia, sino el reconocimiento de otros derechos, como a la protección y seguridad social y otras prestaciones.
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Además, más allá de lo meramente legal, se necesitan que la sociedad cambie en su conjunto. Sí, las leyes son un paso importante que proveen un marco de seguridad, pero se requiere que la sociedad también “cambie el chip” para que las familias como la de estas dos madres sean reconocidas y totalmente aceptadas.
Es necesario un cambio social radical bajo el enfoque de la igualdad y no discriminación. La comprensión colectiva de que todas las personas y familias tenemos derechos humanos, que el reconocimiento de nuestra dignidad es fundamental y que solamente con ello, podemos caminar a un mundo más igualitario en derechos para todas, todos y todes.
El amor: el principal ingrediente para que las cosas cambien
Juntas, mano a mano, Hilda y Delia, combaten para demoler prejuicios en una sociedad que aún hoy, en 2022, les es adversa. Luchan con fuerza y decisión, pero también con cariño, mostrando con orgullo su afecto y exponiendo al mundo que su familia es tan válida como cualquier otra.
El amor es la principal condición para la conformación de las familias. Respetar y garantizar sus derechos es una responsabilidad del Estado, pero socialmente también debemos reconocer la existencia de la diversidad.
Este 10 de mayo, esta familia lesbomaternal celebrará en su hogar por partida doble. No desde la tradición irreflexiva, sino desde el cariño, desde la lucha y por supuesto, desde la conciencia de que están creando un camino para que el día de mañana, otras familias de madres y de la diversidad no sean discriminadas.
Sí, celebraremos con mucho amor. Pero nuestra celebración es por las maternidades, porque hay muchas formas de vivir la maternidad. Ambas pensamos que la maternidad es libre, elegida y voluntaria. Que es más allá de la imposición social que se recarga en nosotras las mujeres. Incluso ahora al reconocer otras de sus formas como en el caso de las personas gestantes. La maternidad es una construcción social dinámica, cambia y evoluciona en razón de los contextos sociales, culturales e incluso legales en los que se vive. ¡La maternidad será deseada o no será!