En algún momento de su carrera, María Félix llegó a confesar que uno de sus muchos amores hizo posible la construcción del Metro capitalino a petición suya. La famosa actriz mexicana declaró en una entrevista que este medio de transporte le pertenecía ya que había sido un regalo de su último esposo.
En aquel entonces muchos no le creyeron pues resultaba imposible pensar que esto fuera verdad. La realidad es que no existe ningún documento que avale que en efecto era de su pertenencia y como dicen, ‘papelito habla’.
Sin embargo, ella sí fue una importante pieza para que estos trenes naranjas llegaran a la capirucha. Ésta es la historia detrás de esta peculiar declaración y de cómo ‘La Doña’ influyó para que hoy esto sea una realidad.
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María Félix tiene un sueño
‘María Bonita’ amaba París y la consideraba una de las ciudades más cosmopolitas del mundo. En Francia vivió por un tiempo y por supuesto que llegó a usar su Metro, del cual quedó maravillada.
Una de las razones por las que ella decidió dejar la CDMX era porque creía que le faltaba modernizarse con la implementación de un medio de transporte similar.
Se sabe que la actriz tuvo muchos romances a lo largo de su vida, tanto así que se casó cuatro veces. Su último amor fue un banquero y empresario francés llamado Alexander Berger.
Con él llegó a comentar su inquietud acerca de lo que consideraba le hacía falta a la capital mexicana. Debido a esto, su marido comenzó a buscar a algunos de sus contactos para ver si el sueño de su esposa podía ser una realidad.
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Comienzan los esfuerzos para construir el Metro de la Cd. de México
Un primer intento para llevar a cabo el proyecto del Sistema de Transporte Colectivo (STC) en la CDMX se hizo en 1958. Bernardo Quintana, amigo de Berger y fundador de Ingenieros Civiles y Asociados, fue el encargado de elaborar y presentar la propuesta a las autoridades capitalinas.
Sin embargo, tanto ellos como el gobierno federal se negaron a hacerlo en ese entonces debido a la fuerte inversión económica que implicaba. Más adelante, la presidencia llegó a manos de Gustavo Díaz Ordaz y la idea del STC fue presentada nuevamente.
La respuesta fue positiva y los trabajos empezaron en la segunda mitad de la década de los 60. Fue su marido quien facilitó la negociación entre el gobierno francés y el mexicano para poder costear la construcción del Metro de la Ciudad de México.
También ayudó a planear dicha obra en la casa de Polanco de ‘La Doña’ y a concluir la iniciativa. En septiembre de 1969 se realizó la inauguración del moderno servicio de transporte público.
Ésta es la historia de cómo una de las figuras más importantes de la Época de Oro del cine mexicano logró que las tres primeras líneas del Metro fueran un hecho. Lo que en un inicio fue una ostentosa muestra de amor para María Félix, terminó siendo un obsequio para toda la banda chilanga que a diario usa este servicio.