La Ciudad de México oculta historias en cada uno de sus rincones y Divulgaduría, colectivo de chilangos curiosos, está dispuesta a desentrañarlos todos. ¿A poco no te ha pasado que recorriendo la ciudad quedas absorto en algún edificio antiguo, o te llama la atención la calle o simplemente te imaginas historias fantásticas de ese lugar? Pues nos lanzamos a caminar la Alameda junto con algunos guías de este proyecto para conocer más a fondo la capirucha, incluso con sus trapitos sucios. Sí, nos enteramos de todo, hasta de saqueos culturales. ¿Le echamos un ojo?
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Divulgaduría: indagando en el chismecito histórico
Así como la zona centro marcó el inicio de nuestra ciudad, también ha abrazado el inicio de este proyecto tan chido. Divulgaduría es una iniciativa que nace del interés de un grupo de profesionales —antropólogos, historiadores, artistas, literatos y diseñadores— por acercar la cultura a un público más amplio. Para lograrlo, decidieron llevar a cabo algunos talleres y recorridos por la ciudad, ya que en las calles convergen todas estas disciplinas.
Seguro crees que son tours como cualquier otro, pero no. Lo que lo hace interesante es el bagaje de los anfitriones, así como su expertise, ya que incluso hay profesionales especializados en lo sobrenatural —con doctorado y toda la cosa— o en las enfermedades a través de la historia. Proyectos como Sensacional de Historia Mexicana, Libreta Negra MX, Ciudad Literaria, Culturatría y Antropóloga en Júpiter conforman este equipo multidisciplinario enamorado de la ciudad. Además, participan los historiadores Iván Garrido de Patli y Veka Duncan
Como banderazo inicial de esta fiesta cultural chilanga organizaron un “cultour” por la Alameda para conocer la historia, secretos y fantasmas de esta zona. Frente al monumento de Beethoven nos esperaban con llamativos letreros Veka Duncan, Karla Ceceña y Miroslava Martínez, algunas de las anfitrionas y fundadoras. “El objetivo es hablar de todos esos aspectos de la ciudad que nos interesan para poder vivirla con otros ojos”, mencionó Veka antes de arrancar con los datos arquitectónicos del recinto que se encontraba a nuestras espaldas.
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Arte prehispánico y una librería de cristal
El icono de la Alameda es el Palacio de Bellas Artes, así que comenzamos una amena plática acerca de su arquitectura y construcción. La construcción de este impresionante recinto comenzó durante el Porfiriato y se extendió por 30 años debido a problemas políticos. Debido a esto confluyen varios estilos en su diseño: tercer imperio, art nouveau y también prehispánico. Tal como platica Veka, aunque pareciera de chile, mole y pozole, todo tiene una razón de ser y es lo político. Los referentes prehispánicos fueron añadidos, por ejemplo, para la reivindicación de los pueblos indígenas.
Mientras observábamos los edificios en el horizonte, donde resalta el step back —estilo con influencia prehispánica utilizado en edificios como el Empire State— de La Nacional, Karla toma la palabra para platicarnos acerca de la Librería de Cristal. Se trata de un referente intelectual del siglo XX. Resulta que para embellecer este parque, Porfirio Díaz mandó a construir una pérgola. Años más tarde, dicha construcción fue retomada por el arquitecto Arturo Sáenz de la Calzada Gorostiza, quien edificó la famosa “Librería de Cristal”.
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¡Qué deleite era pasear por este lugar en los años cuarenta! Varios pasajes de libros dejan constancia de los gloriosos paseos dominicales visitando esta librería, justo antes de ser demolida por el gobierno de Echeverría. Aunque este atentado lo padeció con creces, la belleza de la Alameda permanece, comenta Karla mientras nos conduce a la sombra de los álamos y jacarandas hacia la siguiente estación.
La periferia abriga a desahuciados y desvalidos
Imposible hablar de la Alameda sin voltear a ver el Franz Mayer, un museo ubicado en lo que fue el Hospital de San Juan de Dios. En su momento, en ese lugar se atendía a las ‘mujeres públicas’, en el siglo XIX. Aquí nos esperaban Iván y Jocelyn para hablar del lado B del Centro Histórico, es decir, la periferia y todo lo que representaba. Por un lado, hay que mencionar que a las orillas de la ciudad antigua se encontraban los hospitales, ya que se creía que estos contaminaban el aire. Por el otro, las vecindades surgieron en estas zonas porque era donde se les permitía quedarse a los pobres.
Aunque mucho ha cambiado, nos explican, la alcaldía Cuauhtémoc continúa albergando la mayor cantidad de vecindades en la ciudad, seguida por Iztapalapa. Pese a que se tiene un mal concepto de estas, lo cierto es que socialmente también creaban microcosmos, dice Jocelyn, donde se construía comunidad. “Sí había chisme por las áreas comunes donde se escuchaba todo, pero también habían lazos, festividades, pertenencia y menos individualismo”. Caminando hacia la parte de atrás del Franz es posible ver algunas casonas bastante deterioradas que aún son vecindades, mientras que el jardín frente al museo se ha convertido en hogar para personas en situación de calle.
Historia bajo nuestros pies
Rodeamos Bellas Artes y continuamos nuestro recorrido con Divulgaduría para llegar a la esquina de Eje Central y 5 de Mayo, desde donde se ven algunos edificios emblemáticos de la zona. Recargados en una jardinera nos esperan Chuy y Omar, listos para cotorrear con nosotros y terminar de desenterrar los secretos de la Alameda, los cuales se encuentran literalmente bajo nuestros pies. ¡Khé? La verdad es que después de tanta plática estábamos ávidos de chisme y Omar no nos defraudó. Nos platicó que durante las remodelaciones de este teatro se encontraron varias joyitas en el subsuelo.
Como bien sabemos, el Centro es una historia, sobre otra historia, y Bellas Artes yace en lo que fue el Convento de Santa Isabel. A la hora de hacer las excavaciones para el estacionamiento se encontraron 45 toneladas de material patrimonial en lo que fueron los patios internos del convento. Además, había un osario y alrededor de 220 entierros humanos principalmente de neonatos, nonatos e infantes. Sí, a cada paso que damos hay algo bajo nuestros pies, así que no sorprenden las historias que involucran muertos y energías suspendidas.
El fantasma del Sanborns de los Azulejos
Ya sea que crean o no en esto, a los mexicanos nos encantan las historias paranormales. Pues Chuy, otro de los intgrantes de Divulgaduría, llevó este gusto hasta la academia ya que investiga lo sensacional de la CDMX, y como buen fanático nos platicó la historia del ex Conde Andrés Diego Suárez de Peredo. Se trata de un personaje asesinado a puñaladas en las escaleras del Sanborns de los Azulejos. Esta historia lo llevó a hacer investigación de campo en la cual consiguió testimonios de diversas meseras que aseguran sentir una energía y frío espectral en las escaleras… justo donde se cometió el crimen.
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Después de tres horas turisteando con Divulgaduría, ha llegado el final del recorrido, no sin antes compartir unas bien frías en una galería de arte y taller del Centro Histórico. El artista Miguel Casco nos abrió Atelier Mesones para darnos una probadita de lo que se encuentra haciendo y convivir lejos del sol. El equipo de Divulgaduría nos da las gracias por asistir e invita a las futuras actividades que tendrán: recorridos bibliófilos, cursos de arqueología para principiantes y un taller acerca de la cultura.
Así termina una encantadora mañana en la ciudad que nos robó el corazón. Ya lo dijo Vicente Quirarte: “La Ciudad de México es una atracción fatal y una adicción necesaria, y una vez que nos internamos en sus profundidades, es imposible escapar a su conjuro”.
Agenda cultural: https://drive.google.com/file/d/1eRweCLNT2ztDjji7HNBhtyJD5X5lX3SH/view
Sígueles la conversación: Twitter (@divulgaduria)
Costo: Entre $350 y $600 pesos dependiendo la actividad y duración