Dioses prehispánicos que puedes encontrar en los museos de la CDMX
19 de octubre 2022
Por: Karen Delgado

Dioses prehispánicos temibles que puedes visitar en museos de la CDMX

Los dioses prehispánicos formaban parte importante de la cosmovisión de los pueblos originarios y puedes conocerlos en los museos de CDMX.

Nuestros ancestros nos legaron una gran riqueza en tradiciones, cultura, arte, gastronomía e historia. Y si bien todo esto es motivo de orgullo, también existen algunas leyendas de divinidades antiguas que nos infunden temor y respeto. Por ello, hoy te presentamos algunos de los dioses prehispánicos más temibles en la CDMX, los cuales puedes ver de cerca gracias a sus representaciones en diversos museos chilangos.

Prepárate para echarte un chapuzón de historia, porque aquí te contaremos algunos de los mitos más conocidos sobre estas imponentes divinidades. Asimismo, te sugerimos ir armando el plan cultural para recorrer los recintos en los que se ubican sus esculturas y monolitos más icónicos. ¡Vas!

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Estos son los dioses prehispánicos que puedes encontrar en los museos de la CDMX

1. Mictlantecuhtli 

Este recorrido por las mitologías prehispánicas solo podía comenzar con “el Señor del Mictlán”, dios de los muertos entre las civilizaciones mexica, zapoteca y mixteca. Bajo su dominio y el de su esposa, Mictecacíhuatl, se encuentran los nueve niveles del inframundo, donde habita la mayor parte de los humanos fallecidos después de sortear una serie de desafíos.

La representación de Mictlantecuhtli generalmente constaba de un cuerpo formado de huesos humanos y una máscara en forma de cráneo descarnado. Su boca entreabierta estaba lista para recibir a los astros que caían desde el cielo y en sus manos se asomaban unas feroces garras. 

Este es uno de los dioses prehispánicos cuyas representaciones puedes encontrar en museos de la CDMX. Una estatua popular de Mictlantecuhtli se encuentra en el Museo del Templo Mayor. Fue encontrada en el mismo lugar en el que está expuesta y alcanza más de un metro de altura. Dicha pieza nos muestra a la divinidad del inframundo con las manos alzadas y uñas afiladas, un torso descarnado y, debajo de las costillas, sobresale el hígado que cuelga en el abdomen. 

Dónde: Museo del Templo Mayor

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2. Coyolxauhqui

Representada como una mujer descuartizada y adornada de cascabeles, Coyolxauhqui es una deidad mexica asociada con la Luna. Su temible apariencia es el resultado del sangriento combate que sostuvo con Huitzilopochtli, divinidad que le cortó la cabeza.

La leyenda nos cuenta que Coyolxauhqui era hija de Coatlicue y líder de los cuatrocientos surianos que habitan en el cielo. Cuando su madre quedó milagrosamente embarazada de Huitzilopochtli, la terrible diosa pensó que su madre se había deshonrado y comenzó una conspiración para asesinarla. 

Cuando estaba cerca de ejecutar su plan, Huitzilopochtli salió del vientre de Coatlicue y de inmediato libró una batalla contra Coyolxauhqui; de este enfrentamiento, el dios de la guerra salió victorioso y le arrancó la cabeza para lanzarla hacia el cielo (y así dio origen a la luna). Posteriormente, descuartizó su cuerpo y puso en fuga a los surianos, quienes se convirtieron en las estrellas. 

La representación más famosa de Coyolxauhqui se encuentra en el Templo Mayor y fue descubierta en 1978. Se trata de un monolito de grandes dimensiones que muestra el cuerpo desmembrado de la diosa con cráneos en sus rodillas y serpientes en sus brazos. Se piensa que sobre esta piedra se realizaba el sacrificio humano de guerreros y que así se recreaba la mítica lucha entre las divinidades.

Dónde: Museo del Templo Mayor

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3. Cihuateteo

Bajo este nombre, se conoce a todos los espíritus de las mujeres mexicas que perdían la vida al dar a luz, las cuales probablemente constituyen un antecedente de la leyenda de la Llorona que conocemos hasta ahora. 

Tras morir durante el parto, las mujeres recibían los máximos honores y se convertían en divinidades, al mismo nivel que los soldados caídos en combate. Aunque su origen no despierta ningún temor, su aterradora apariencia es todo lo contrario: En efecto, suelen tener un rostro cadavérico y garras de águila en lugar de manos

Además, se piensa que ocasionalmente volvían a la tierra para acechar a la gente durante la noche, para encantar templos y traer enfermedades a la población más joven. Asimismo, dicen que las Cihuateteo gritaron “ay, mis hijos” antes de la caída de Tenochtitlan, como un presagio de su destrucción. 

Dónde: Museo Anahuacalli


4. Tlaltecuhtli

La dualidad era un elemento recurrente en la cultura mexica; por ello, no es de sorprender que una misma divinidad genere la vida y la muerte. Tal es el caso de Tlaltecuhtli, una temible deidad asociada con la tierra, la cual era la encargada de fecundar los suelos y de devorar los cadáveres de todas las criaturas. 

Se le conoce como “Señor o Señora de la Tierra” y algunas versiones señalan que era originalmente un monstruo del mar que generaba el caos. No obstante, Quetzalcóatl y Tezcatlipoca lograron partir su cuerpo a la mitad, con cuyas partes generaron el cielo y la tierra. Al continuar con vida, Tlaltecuhtli exigió sangre humana para alimentarse, por lo cual devora los restos enterrados y de quienes yacen en la superficie de la tierra.

Aunque la apariencia de Tlaltecuhtli es muy variada, ninguna representación es más conocida que el monolito del Templo Mayor. Se trata de una pieza de grandes dimensiones que muestra a la divinidad en su forma femenina; sus manos y pies poseen garras afiladas, mientras que sus codos y rodillas llevan cráneos humanos, desde los cuales podía devorar a sus víctimas. 

Dónde: Museo del Templo Mayor


5. Divinidad del Disco de la Muerte 

Aunque no se sabe con certeza si representa a una divinidad y poco se puede afirmar sobre su significado, esta pieza es una de las más enigmáticas y temibles del Museo Nacional de Antropología. Fue hallada en 1964 a los pies de la Pirámide del Sol, en Teotihuacán y, desde entonces, ha levantado numerosas especulaciones. 

Una de las teorías sugiere que se trata de una representación del sol, especialmente por la relación que este cuerpo celeste guarda con la ciudad de Teotihuacán. Asimismo, se piensa que su forma circular y el cráneo descarnado en su centro constituyen una alusión al nacimiento y la muerte del astro, el cual ocurre con la llegada y el fin de un nuevo día. 

Otra posibilidad es que se trate del dios del inframundo, Mictlantecuhtli, quien frecuentemente era representado con la apariencia de un cráneo humano. A su vez, se ha pensado que la pieza guarda relación con los sacrificios humanos; sin embargo, su verdadero uso y simbolismo continúa siendo un enigma. 

Dónde: Museo Nacional de Antropología

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6. Dios Murciélago y Xipe Tótec 

Para las religiones mesoamericanas (especialmente la zapoteca y la maya), el murciélago constituía un animal relacionado con el Inframundo. Con cabeza zoomorfa y cuerpo humano, esta deidad tenía un estrecho vínculo con los sacrificios humanos, ya que estaba presente en los rituales de extracción de corazón y de decapitación.

Estos sacrificios humanos tenían lugar en las fiestas dedicadas a Xipe Tótec; durante dichas ceremonias, varios cautivos de guerras eran sacrificados y desollados, ya que el dios debía vestirse con sus pieles humanas. 

Una de las representaciones más conocidas del Dios Murciélago fue hallada en Chalco en 1990; en ella, se observa un inquietante rostro con la lengua de fuera y orejas extendidas a los lados. Esta pieza se exhibe en conjunto con Xipe Tótec, símbolo de la renovación de la agricultura. 

Dónde: Museo del Templo Mayor


7. Coatlicue 

Madre de Huitzilopochtli, esta divinidad es representada con un impactante aspecto: Su falda está compuesta de serpientes y porta un collar hecho de manos y corazones humanos. Además, su cabeza está formada por dos víboras que se encuentran, las cuales simbolizan su dualidad. 

Coatlicue forma parte de la mitología mexica y está a cargo de otorgar la vida y la muerte a todo lo existente; en este sentido, la deidad puede proporcionar fertilidad y abundancia, al mismo tiempo que posee el poder para destruirlo todo y hundirlo en la oscuridad

Un monolito ubicado en el Museo Nacional de Antropología se ha convertido en su más conocida representación; pesa casi 3 toneladas y alcanza dos metros y medio de altura. En ella, se observa cómo varias partes de su anatomía están compuestas por serpientes.

Dónde: Museo Nacional de Antropología

¿Ya sabías que estos temibles dioses prehispánicos se pueden visitar en museos de CDMX? No te quedes con las ganas de verlos en vivo. Antes de que te vayas, te invitamos a echarle un ojo a: 9 zonas arqueológicas escondidas en la CDMX.