¡Santa María Nativitas Zacapa estuvo de fiesta! Una visita a la alcaldía Xochimilco puede ser mucho más variada que visitar sus trajineras, si te dejas llevar por la curiosidad y te adentras en los pueblos que rodean la zona turística.
El pueblo de Santa María Nativitas Zacapa, aledaño a los embarcaderos de Zacapa (esta última palabra se traduce como “lugar de zacate”) y Nuevo Nativitas, es una muestra de cómo los habitantes de comunidades originarias de la Ciudad de México conservan tradiciones centenarias al mismo tiempo que protegen su patrimonio histórico y ecológico.
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De lo más turístico a lo más tradicional
Llegar al pueblo de Santa María Nativitas Zacapa es relativamente sencillo a través de los camiones que llegan hasta la deportiva de Xochimilco (desde donde se deben caminar unos 20 minutos) o al bosque de Nativitas. Se deberá dejar atrás el bosque y los embarcaderos de Zacapa y Nuevo Nativitas, que concentran la mayoría de visitas de turistas y vecinos pasando sus ratos libres.
También se puede pasar por el terreno ahora conocido como el Semillero Zacapa, ubicado donde antes estuvo la Casa de Bombas desde donde extraía el agua de la región para mandarse a la Ciudad de México en tiempos de Porfirio Díaz. Hoy en día es un espacio que los vecinos buscan recuperar y convertir en un área verde para el disfrute y concientización ecológica de la localidad.
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El 6 de enero, es un día ideal para recorrer la localidad y conocerla a través del su fiesta dedicada a la Natividad de Jesús. Que, de acuerdo con alguna ramas del cristianismo, se celebra el 6 o el 7 de enero en vez del 25 de diciembre. La figura de Cristo crucificado que reside en la parroquia de la localidad (de acuerdo a varias versiones) también está relacionada con el Señor de Chalma.
Anatomía de una fiesta
El epicentro de la fiesta está en la parroquia de Santa María Nativitas y la plaza que la rodea. El edificio eclesiástico data del siglo XVI. Pero fue hasta el año 2002 que recibió la denominación de parroquia, tal y como señala una placa ubicada en su atrio.
Al interior, las dos figuras que concentran la atención son el antes mencionado Cristo crucificado y la Virgen María. Debido a que ambas figuras no se pueden trasladar, su culto también se extiende a los estandartes con su imagen, que cada año son custodiados por una mayordomía distinta integrada por familias del pueblo.
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Este año, luego de la misa dedicada a la celebración, la familia Castro Olvera fue la que recibió los estandartes para su cuidado y participación en las fiestas de otros pueblos y de sus respectivos santos patrones. Todo esto en compañía de decenas de personas y de la banda Rebelde. Ellos y ellas les acompañaron a su hogar, donde celebraron con una cena abierta a todos los acompañantes.
El bailongo
De regreso a la plaza del pueblo, frente al kiosko se colocó un escenario desde el cual se presentaron diversos grupos musicales y agrupaciones de baile de Nativitas y de otras localidades para amenizar la tarde. Desde cantantes de cumbias que pusieron a bailar a los primeros curiosos en presentarse, agrupaciones juveniles de danza árabe y compañía de música y danza regional boliviana.
Durante la noche, cuando los festejos religiosos ya concluyeron y la gente seguía degustando crepas o pizzas en los puestos instalados en la plaza, se procedió al encendido del “castillo”. Se trata de una construcción de pirotecnia con formas de personajes de caricatura como Mickey Mouse o Piolín.