Pedro Alvarado, el gran conquistador español de Tenochtitlan y la zona maya, mejor conocido como Tonatiuh (Sol) no vivió aquí. ¿Cuál es la historia de esta casa colonial en Francisco Sosa?
Francisco Sosa 383: casona del siglo XVIII
En Francisco Sosa no. 383 aloja ahora la Fonoteca Nacional, pero vamos a pasear un poco por los tiempos de crecimiento de la zona de Coyoacán para entender el nombre e inicios de la casa.
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Estilo Andaluz y Mudejar
La casona data del siglo XVIII con detalles de arquitectura andaluza. La puerta principal es una réplica de las puerta del Antiguo Colegio de San Idelfonsol. Arriba de algunas de las ventanas en la fachada se pueden ver también monogramas de Virgen María y de Jesús.
La entrada principal nos lleva al patio central donde se ve el estilo Mudéjar con grandes arcos y barandales de piedra. Cuenta con este patio central y varios salones y aunque se han hecho modificaciones a lo largo del tiempo, la fachada se conserva original.
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Zelia, la arqueóloga de California
Se llamaba Quinta Santa Rosalía y fue edificada en el siglo XVIII. Para el año de 1902 se mudó aquí una antropóloga y arqueóloga estadounidense: Zelia Nutall. Se especializó en escritos prehispánicos de Mesoamérica así que no nos sorprende que eligiera Coyoacán como su hogar.
Realmente era una mujer brillante que hizo investigación bastante exhaustiva de la historia pre-mexica. Publicó en Harvard y fue profesora honorario del Museo Nacional de México.
Zelia fue la encargada de la conservación de la casa, además del hermoso jardín botánico que se encuentra en la parte de atrás. Compartió su casa y su fascinación por México con científicos, intelectuales y escritores.
La arqueóloga continuó su labor de investigación y su amor por México desde esta casa y fue ahí también donde falleció, el 12 de abril de 1933. Se dice que ella colocó el nombre a la puerta de la casona, al parecer, malinformada por el vendedor: el diputado Cástulo Zenteno. Si es verdad o no… no lo sabremos.
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Octavio Paz en Casa Alvarado
Hasta el año 1977 fue propiedad de Thomas Miller, para después pasar a manos del gobierno. Siendo biblioteca, librería de la SEP y sede le la Enciclopedia de México.
En 1996 un incendió acabó con el departamento de Octavio Paz en la Cuauhtémoc. El gobierno mexicano lo reubicó en esta hermosa casa. Moriría en el año 1998 viviendo apenas 2 años aquí y nunca sintiéndose totalmente en casa. Se dice que cayó en la depresión después del incendio pues perdió bastante cantidad de libros y cuadros preciados para él.
Ante su muerte la casa se convirtió en sede de la Fundación Octavio Paz. Después daría paso a la Fonoteca Nacional donde se da homenaje al escritor con una placa a la entrada y un acervo sonoro con entrevistas, lecturas y conferencias del autor.
Fonoteca Nacional
El espacio cuenta con diversos acervos y experiencias. Además de dar un paseo por la casa y el jardín ahora que es la Fonoteca Nacional hay actividades para disfrutar. El acervo es bastante amplio e interesante y vale la pena acercarse a los trabajadores para pedir material y recomendaciones.
Un espacio que llama la atención y es único es el Jardín Sonoro, el cual cuenta con un sistema multicanal para experiencias auditivas inmersivas. El despacho de paisajismo Kees van Rooij se encargó del paisajismo de este jardín, enfocado en que el espacio respondiera a las actividades de la Fonoteca como conciertos y obras sonoras experimentales. Cuando no hay actividades se puede apreciar audios que realzan el ambiente. Es un oasis de la zona y sentarse a escuchar y disfrutar es una gran experiencia.
Viviendo en una sociedad donde la estimulación visual impera, es interesante asistir a algunas de las actividades de la Fonoteca o al mismo acervo y re-descubrir el sentido del oído de una forma diferente.
No solo por la historia de la colonia y de la belleza de la casona y su jardín, sino por las actividades y exposiciones en este espacio, es una visita imperdible para todo chilango.
Dónde: Francisco Sosa 383, Col. Barrio Santa Catarina
Horario: Lun a Vier 10 am a 6 pm / Sábados de 10 am a 6 pm
Costo: Entrada gratuita
No te vayas sin antes echarle un ojito a: Fonoteca Nacional, la casa de los sonidos de México