El baño de fuego es una tradición prehispánica a través de la cual los aztecas purificaban su aura y elevaban sus deseos hacia los dioses.
Esta tradición sobrevive hasta nuestros días, a tal grado que es una de las escenas más cotidianas de cualquier visita al Zócalo de CDMX. Sin embargo, muchas veces se le confunde con una limpia, un ritual o una ceremonia.
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¿Qué es el baño de fuego?
Quienes practican el baño de fuego se colocan a un costado del Zócalo. Esto se debe a que se le considera uno de los mayores centro energéticos de la tierra por ser una zona aledaña al Templo mayor de la antigua Tenochtitlán.
Se atavían con penachos, taparrabos y demás aditamentos del atuendo de nuestros antepasados para danzar al ritmo de los tambores. Posteriormente, encienden copal para sahumar a las personas que se acercan, muchas de las cuales llegan pensando que se trata de una limpia.
No obstante, quienes practican el baño de fuego comentan a Chilango que no se trata de una limpia. Tampoco de una ceremonia ni de un ritual, sino de una tradición heredada de generación en generación a través de la palabra, debido a que los conquistadores destruyeron los registros escritos de nuestros antepasados.
Según explican, esta tradición tiene como objetivo purificar las energías de las personas y elevar sus peticiones hacia los dioses. Para ello, se utilizan varios elementos.
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Invocación a las deidades
Los tambores que se utilizan durante el baño de fuego simbolizan el latido de un corazón. Es por ello que cuando se realizan danzas, los tambores se colocan en el centro. Su sonido tiene como objetivo ayudar a las personas a armonizar los latidos de su corazón.
Por su parte, el humo de copal que se vierte sobre las personas que participan en el baño de fuego sirve para elevar sus peticiones hacia el omeoyocan, que es la casa del creador y dador de vida.
Asimismo, se utilizan plantas como romero o albahaca. Estas sirven para ayudar a las personas a deshacerse de enfermedades o para limpiar su aura. Finalmente, el fuego sirve para invocar a los dioses.
Así que ahora ya lo sabes: los danzantes del zócalo no realizan limpias, sino ceremonias de baño de fuego.
De acuerdo con las creencias prehispánicas, si te animas a recibir el humo del copal y a dejar que la albahaca y el romero pasen por tu cuerpo al ritmo de los tambores, podrás librarte de enfermedades, purificar tu energía y lograr que te escuchen los dioses. ¿Te animas?