Aunque hoy Santa Claus forma parte de la Navidad en prácticamente todo el país, no siempre fue así. Aquí te contamos cómo el viejito bonachón fue recibido en México.
En México, la temporada navideña se caracteriza por contar con posadas, piñatas, nacimientos y la cálida imagen de Santa Claus. Este famoso personaje del icónico traje rojo lleva poco más de siete décadas formando parte de nuestras celebraciones decembrinas.
Cada 24 de diciembre, los niños se duermen con la ilusión de al día siguiente encontrar sus juguetes favoritos bajo el árbol, los cuales son traídos desde el Polo Norte por esta encantadora figura.
Sin embargo, Santa Claus no siempre formó parte de nuestra cultura. Aquí te contamos todo sobre su llegada al país y cuál fue la reacción de las familias mexicanas ante este nuevo símbolo de la Navidad.
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Santa Claus hace su primera parada en México
En los años veinte, Papá Noel apareció por primera vez en los aparadores de algunas jugueterías chilangas. Sin embargo, su presencia pasó desapercibida.
Pero para 1950, la compañía refresquera más importante del mundo ya había adoptado su imagen para promocionar sus productos durante la temporada navideña. Fue así que la ilustración hecha por Haddon Sundblom llegó a millones de lugares alrededor del planeta, incluido nuestro país.
El recibimiento que tuvo no fue para nada caluroso. Empresarios, escritores, periodistas y miembros de la Iglesia católica se negaron a aceptarlo como parte de nuestras celebraciones.
Unos argumentaban que el personaje solo fomentaba el consumismo de Estados Unidos y que la época significaba mucho más que únicamente regalar juguetes.
Otros tenían miedo de que la figura de los Reyes Magos se viera opacada por Santa. Estos tres mágicos seres ya llevaban tiempo formando parte de las fiestas decembrinas del pueblo mexicano y era difícil concebir que podrían ser reemplazados.
No obstante, las clases media y alta sí decidieron acogerlo. Esto fue debido a que eran los que podían y tenían mayor interés en adoptar el estilo de vida norteamericano. Poco a poco, los medios de comunicación también comenzaron a simpatizar con el personaje, fomentando enormemente su difusión.
Bienvenido, Santa
México se estaba modernizando y eso facilitó que la imagen de Papá Noel fuera aceptada en todo el país. Así, la sociedad mexicana en general empezó a ser más receptiva en cuanto a las tradiciones del extranjero.
Santa empezó a aparecer en piezas de publicidad, películas y programas de televisión y radio. Los Reyes Magos no quedaron en el olvido y juntos llenaron de magia la temporada.
Esto favoreció a las marcas y tiendas departamentales, pues las ventas se elevaron significativamente durante diciembre y principios de enero. Desde aquel entonces, el hombre de traje rojo y rostro amable se volvió parte de nuestras festividades decembrinas.
Santa Claus se transformó en un símbolo de la Navidad en todo el mundo y México, aunque puso un poco de resistencia, no fue la excepción. Actualmente, la imagen que nació para promocionar un refresco se ha convertido en el referente máximo del espíritu navideño.
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