Así eran las celebraciones para las madres que hacían los aztecas
Aunque el Día de las Madres es una celebración que data de 1922 en México, siglos antes los aztecas ya trataban a sus jefas como diosas.
Por: Edgar Segura
Aunque el Día de las Madres es una celebración que data de 1922 en México, siglos antes los aztecas ya trataban a sus jefas como diosas.
En efecto, el origen del Día de las Madres como conmemoración en México se remonta a la campaña realizada por el periodista Rafael Alducín. El fundador del periódico Excélsior lanzó una convocatoria para instaurar un día en honor a las madres.
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El mes seleccionado fue mayo debido a que en la tradición católica este se considera un mes consagrado a la Virgen María. Mientras que el día 10 se eligió porque en aquella época los salarios se pagaban cada 10 días. Así se podía tener dinero para comprarle un regalo a la jefita.
En 1922 el gobierno de Álvaro Obregón aceptó la propuesta resultante de la convocatoria de Alducín y el 10 de mayo quedó establecido oficialmente como Día de la Madres en México. Pero ¿cómo se relaciona esto con las culturas prehispánicas?
La celebración a la madre de los dioses aztecas
En realidad, la celebración actual de Día de las Madres y las deidades aztecas están más relacionadas de lo que parece.
Como ya se explicó, el mes de mayo se eligió debido a su asación con la Virgen. Y a su vez la Virgen está relacionada con Coatlicue, la madre de los dioses aztecas, también conocida como Tonantzin.
De acuerdo con la mitología azteca, Coatlicue tuvo más de 400 hijos. Entre ellos se encuentran Coyolxauhqui, la diosa de la Luna. y Huitzilopochtli, el dios del Sol. De hecho, a la pelea entre estos dos hermanos, donde Huitzilopochtli defendió a su madre del intento de Coyolxauhqui por asesinarla, se debe la sucesión del Día y la noche. Por supuesto, el ganador de esa pelea fue el dios Sol.
Los aztecas solían realizar una celebración en honor a Coatlicue o Tonantzin en el Cerro del Tepeyac, donde se encontraba el templo a la madre de los dioses. Por su simbolismo, el mismo Tepeyac fue el lugar elegido para los aztecas para construir la Basílica de Guadalupe, templo en honor a la madre de dios en la tradición católica y en la que se basa la celebración del Día de las Madres.
El culto azteca a la maternidad
Pero además de su celebración a Tonantzin, los aztecas mostraban de otro modo su culto a las madres y a la maternidad.
De acuerdo con la historiadora Isabel Bueno, para los aztecas la maternidad se consideraba un don divino: “Los dioses colocaban una piedra preciosa y una pluma rica, que es la criatura, en el vientre de su madre”.
Pero para tener el don de la maternidad, nuestros antepasados rendían culto a otra diosa: Tlazoltéotl. Se trata de una deidad asociada a la lujuria, al deseo y, por lo tanto, también a la fertilidad.
Tlazoltéotl no solo hacía que las mujeres quedaran encinta, sino que además protegía a las mujeres y a las parteras durante el alumbramiento.
Y es que además, los aztecas valoraban tanto la maternidad que contaban con la figura de las tlamatlquiticitl. Se trataba de parteras que acompañaban a las embarazadas no solo durante el alumbramiento, sino desde semanas antes. Las orientaban sobre los cuidados prenatales, las cuidaban, les ayudaban con las labores domésticas y hasta les preparaban un temazcal e infusiones para que se relajaran durante el parto y soportaran el dolor.
¿Ya conocías esta celebración y culto de los aztecas hacia las madres?
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