Ir a Teotihuacán es un ritual que al menos se debe hacer una vez en la vida para cargarte de energía y vibrar alto, tal como lo hizo nuestro buen Jim Morrison, quien se fue de ahí bien iluminado.
Si la neta, la neta no sabes ni de qué te estamos hablando, sigue leyendo porque te contaremos esa anécdota chilanga de cuando el Rey Lagarto se paseó por Teotihuacán y subió a la pirámide del sol por allá del año 1969.
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Jim Morrison y la cultura mexa
al vocalista de The Doors le latía cañón la cultura mexicana. En sí, le gustaban todas las culturas de los pueblos americanos originarios. Tanto, que creía firmemente que su espíritu era en realidad la reencarnación de un antiguo indio piel roja.
Su conexión se encontraba en otro plano más heavy. Incluso se decía que en cada concierto de rock bailaba como si estuviera haciendo un ritual para los espíritus.
Algunos más arriesgados osan decir que quizás podía tener una influencia chamánica, y por eso es que en sus conciertos se podía conectar fácilmente con su otro yo, el indio piel roja. Bien a bien no se sabe y no te vamos a venir a echar chismes.
El día que Jim Morrison fue a Teotihuacán
Para 1969, la banda norteamericana enfrentaba muchos problemas que les impidieron seguir dando conciertos. Por esa razón, ese año decidieron venir a suelo chilango para intentar dar un concierto que les sacara de la mala racha.
Lo cierto es que entre que si se hacía o no el concierto, los días que Jim Morrison y sus compañeros permanecieron aquí anduvieron del tingo al tango visitando puntos icónicos como el Ángel de la Independencia, La Lagunilla, el Museo de Antropología e Historia, Garibaldi y por supuesto, Teotihuacán.
Aunque no hay información certera sobre qué pasó durante esos días lo que sí se sabe es que Jim Morrison subió a la Pirámide del Sol y que su alma se regocijó al tocar la cabeza de la serpiente emplumada.
Su conexión espiritual se reforzó a tal grado que las “puertas de la percepción y de la consciencia” se abrieron en su mente. Le fueron reveladas “cosas desconocidas e ignoradas”.
Su espíritu descansó a tal grado que los rumores se atreven a decir que eso le sirvió para despegar hacia otro plano dos años después, cuando falleció en 1971 en su departamento de París, víctima de una aparente sobredosis de heroína.
La verdad es que ya en este viaje a nuestro país lucía una apariencia más desaliñada, una gran barba y hasta una pancita chelera.
Así es como Morrison se la pasó chidoliro en Teotihuacán, vibrando alto y conectando con algo más que solo él podía ver y descubrir.
¿Qué pasó con su último concierto en México?
Bien, en el 69 el plan era hacer un concierto masivo en la Plaza de Toros México o en la Alameda que le quitara a la banda los sinsabores de aquel año. Al no estar muy separados de la tragedia estudiantil del 68, ese gusto les fue negado, por lo que los convencieron de dar un concierto en un recinto más pequeño.
Así, el concierto se llevó a cabo en El Forum, un pequeño salón que se ubicaba en la Av. Insurgentes y San Antonio. Asistieron pocos fans debido a que el costo de los boletos era excesivamente elevado.
De este modo, la visita de The Doors decepcionó a muchos, pues no solo se consideró un concierto para la élite mexa, sino también porque Jim lució completamente desconectado. Ya no parecía el mismo Rey Lagarto que enamoró a tantos en el mundo con su música.
¿Cómo te quedó el ojo luego de saber que Jim Morrison y los demás integrantes de The Doors fueron a visitar Teotihuacán?
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