mayo, 2015

Detalles del evento
Por: Roberto Marmolejo Guarneros Uno goza de esta comedia; así de sencillo. La disfruta porque tiene todos los elementos del teatro bien hecho: respeto por la inteligencia del espectador, una trama
Detalles del evento
Por: Roberto Marmolejo Guarneros
Uno goza de esta comedia; así de sencillo. La disfruta porque tiene todos los elementos del teatro bien hecho: respeto por la inteligencia del espectador, una trama emocionante, misteriosa, con inesperados giros; dos actores muy talentosos y sin desperdicio y la dirección precisa de un rock star de la escena mexicana.
Da un poco de oso decir que Alejandro Ricaño es un rock star, porque es más que eso. Ricaño es un dramaturgo original, que se atreve con estructuras narrativas, personajes anómalos y situaciones extremas; puede gustar o no; puede que desbarranque a veces, pero no pierde la capacidad de arriesgarse. Eso se aplaude de un artista, siempre. Ya lo escribí alguna vez: “Si hay un dramaturgo mexicano que puede hacernos reír o conmovernos con nuestras propias ilusiones rotas, amores frustrados, aspiraciones ridículas o tropiezos existenciales”… Ese es él.
Además es un director bastante solvente; no genial, pero sí muy cuidadoso del actor y su desempeño en el escenario. Conoce los recursos, herramientas y resortes para que un intérprete salga a seducirnos con la actuación.
Es muy raro que dirija un texto que no haya sido escrito por él mismo, pero siempre hay excepciones y Una noche en la playa es una de esas felices excepciones.
El texto del español Veiga se acerca en clave de humor a la violencia, la responsabilidad personal y las luces y oscuridades de la persona común. No es un tratado filosófico ni una proclama, es teatro, buen teatro que recrea cierta zonas de la realidad.
Esa intensa noche playera no sería posible sin el trabajo de los actores: Odiseo Bichir demuestra ser –quizá- el más talentoso, menos cliché y estereotipado de los hermanos ajonjolí-de-todos-los-moles. Sin recetas fáciles, recrea a un gringo maduro, necio y loco, que va descubriendo una verdad siniestra.
De Alfonso Dosal me limitaré a escribir lo obvio: en cada obra en que participa, se pule, mejora, se supera y hace de su trabajo, uno de los mejores del teatro mexicano. Con verlo gozar de cada escena, uno sabe que este actor es un animal de teatro por derecho propio. Así de sencillo. Así de complejo.
Acaban de empezar la temporada; en la función que asistí había poca gente. Una pena para este grandísimo trabajo. No los dejen morir solos; Una noche en la playa bien vale una escapada de fin de semana.
Horario
Mayo 22 (Viernes) - Julio 19 (Domingo)
Ubicación
Teatro Virginia Fábregas
Velázquez de León 29