Myst: My Soundtrack, Touching me, Touching you

Por: Alejandra Jarillo

Es un espectáculo genial: 22 cantantes y bailarines en escena que, a lo largo de varias horas, interpretan éxitos de los 80, 90 y 2000 de manera asombrosa, con una banda en vivo (comandada por Chacho Gaytán), que también lo hace muy bien.

Además, la producción de Myst incluye hasta 510 cambios de vestuario (1,480 piezas en total) que ambienta las 72 canciones de Queen, Madonna, Michael Jackson, A-Ha… no se escapa ningún éxito de la época, y algunas más actuales, como “Happy”, de Pharrell Williams.

El problema de Myst, curiosamente, no tiene que ver con lo que se aprecia en el escenario, sino con lo que sucede a su alrededor: se trata de un show tipo nocturno que  integra cena y bebida y el espacio se compone de taburetes y mesas pequeñas muy  pegadas (te lo aseguro, en algún momento, la falta de espacio provoca que se caiga un vaso o tu botella). El lugar se convierte en una suerte de antro (donde la botella empieza en unos $800), en el que el asistente promedio es un chavo-ruco-mirrrey que  se para a bailar y te tapa todo el escenario. Si no estás en ese mood, puede llegar a ser molesto. Si sí, la fiesta se alarga hasta las dos de la mañana.

Pero insisto, por lo que vale la pena este show (dirigido por Felipe Fernández del Paso) es por los cantantes y bailarines que derrochan talento –me pregunto por qué no los hemos visto más en los escenarios protagonizando obras musicales–. Además de Pato Borghetti y Cecilia de la Cueva, están Menny Carrasco, Sofía Garza, Lorena  Vignau y varios más que hacen que, por un momento, se te olvide el entonado de al lado en tu oreja cantando a todo pulmón.