Jugaremos en el bosque evoca aquel famoso juego de nuestra infancia, ya saben: “Jugaremos en el bosque mientras el lobo no está, porque si el lobo aparece a todos nos comerá”. Pero en esta ocasión, el escenario es mucho más siniestro y el “lobo” podría no ser solo una parte del juego.
Esta nueva película de terror mexicano, dirigida por Alejandra Cárdenas y Carlos Eduardo Aguilar, nos adentra en la oscura historia de una pareja en busca de un nuevo comienzo en una antigua hacienda familiar que esconde más que solo secretos polvorientos.
¿De qué trata Jugaremos en el bosque?
La trama nos introduce en la vida de Javier y Mariana, interpretados por Mauricio Isaac y Lucía Uribe, quienes tras la pérdida de su hijo se mudan a la hacienda para reconstruir su fracturada existencia. Lo que parece un refugio se convierte rápidamente en un terreno de pesadillas cuando descubren una maldición que los ata al lugar.
Lucía Uribe brilla especialmente en su papel, entregando una actuación que destila terror y vulnerabilidad, capturando el horror de un paraíso que se transforma en prisión.
El diseño sonoro de Jugaremos en el bosque es crucial en su capacidad para manipular la tensión, utilizando silencios que se rompen con chasquidos ominosos o susurros apenas perceptibles que escalan el terror hasta lo insoportable. Este uso magistral del sonido amplifica cada momento de suspense, manteniendo a los espectadores en un constante estado de alerta.
Visualmente, la película es padrísima. Carlos Eduardo Aguilar utiliza su experiencia como fotógrafo para explorar la belleza decadente de la hacienda en San Martín Texmelucan, enmarcando cada escena con una estética que tanto es bella como amenazante. Las sombras juegan un papel tan protagonista como los actores, con la luz y la oscuridad batallando en cada rincón, reflejando la lucha interna de los personajes por encontrar la luz en su oscurecido mundo.
Entrevista con los directores y actores de Jugaremos en el Bosque
Lucía Uribe, la protagonista, compartió cómo cada escena del guion capturó su interés por su intensidad dramática, destacando que el guion la llevó por un torbellino emocional desde la muerte de un hijo hasta enfrentamientos con fuerzas sobrenaturales, haciendo de cada momento en pantalla un desafío actoral considerable.
Mauricio Isaac, por su parte, reveló que inicialmente se sintió abrumado por la profundidad del guion y cómo llevarlo a la realidad de la actuación fue un proceso complejo pero enriquecedor, gracias al trabajo conjunto con el equipo de dirección y su co-protagonista Lucía. Respecto a las influencias cinematográficas, los directores mencionaron inspiraciones clásicas del terror como El Bebé de Rosemary, El Exorcista, y El Conjuro, que ayudaron a definir el tono que deseaban para su film.
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La directora profundizó en el tema principal de la película, destacando que el núcleo de la historia es la pérdida y el duelo, explorando la dolorosa ilusión de recuperar lo irrecuperable, un sentimiento universal que resonará con muchos espectadores. Lucía Uribe añadió que Jugaremos en el bosque es una obra rica en emociones y complejidad, que no solo busca asustar, sino también hacer eco en las experiencias de dolor y pérdida que son intrínsecamente humanas, apuntando a una profunda conexión emocional con la audiencia.
Jugaremos en el Bosque es una exploración de la pérdida, del duelo y del terror psicológico que surge cuando el pasado no quiere ser olvidado. Con un lanzamiento programado para este 1 de mayo, esta película promete escalofríos y una inmersión profunda en los miedos más íntimos que todos guardamos.
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