Cada que la Selección Mexicana de Futbol gana un torneo u obtiene un triunfo importante en una Copa Mundial, el punto de reunión para los festejos de los aficionados es el Ángel de la Independencia. Pero ¿te has preguntado por qué?
Esta tradición se remonta a 1970. Antes de ese año, la selección mexicana no había tenido nada qué festejar. Sin embargo, con el Mundial en casa el equipo —que por aquél entonces no vestía de tricolor— logró superar por primera vez en la historia la fase de grupos del torneo.
Un lugar para la victoria
Por supuesto, la historia del Ángel de la Independencia inicialmente no tenía nada que ver ni con el Futbol ni con la selección Mexicana. Comenzó a construirse en 1902 durante el gobierno de Porfirio Díaz. Se inauguró finalmente el 16 de septiembre de 1910 para conmemorar el centenario de la Independencia.
Entre su pedestal, su columna y la escultura de su cúspide, el monumento tiene una altura de 94.6 metros. Originalmente llamado Monumento a la Independencia, se le conoce popularmente como “El Ángel” gracias a la escultura de la Victoria Alada que tiene en su punta. Curiosamente, fue precisamente una victoria, pero la de la Selección Mexicana, la que por primera vez congregó masivamente al público en este icónico lugar ubicado sobre Paseo de la Reforma a la altura de Río Tíber y Florencia.
El primer festejo por la Selección Mexicana en el Ángel de la Independencia
En su primer Mundial como anfitrión, la Selección Mexicana de Futbol llegaba con la misión de hacer lo que nunca había conseguido antes: superar la fase de grupos. En su primer partido empató con la Unión Soviética en el Estadio Azteca con un marcador de 0-0. Luego, en el segundo, derrotó 4-0 a El Salvador. Finalmente, llegó a su tercer partido obligado a derrotar a Bélgica para avanzar.
Como en los encuentros anteriores, el partido se disputó en el Estadio Azteca. Corría el primer tiempo cuando Javier “El Cabo” Valdivia fue derribado en el área Belga. El árbitro marcó penal y el encargado de cobrarlo fue Gustavo “El Halcón” Peña, jugador de Cruz Azul.
“Imagínate, si lo fallo, me matan”, contaría Peña años después en entrevistas. Sin embargo, “El Halcón” no falló. Aunque nervioso, cobró con fuerza el tiro penal y anotó el que sería el último gol del partido. Gracias a ese triunfo, México finalizó en el segundo lugar de su grupo, solo por detrás de la Unión Soviética. Así, obtuvo su pase a cuartos de final del Mundial.
De acuerdo con lo relatado por el propio “Halcón”, el júbilo fue tal que los aficionados salieron del estadio y se trasladaron al hotel donde se hospedaban los jugadores de la Selección Mexicana, a unos metros del Ángel de la Independencia.
“Cuando terminó el partido, la gente estaba muy emocionada en la tribuna y entonces se fue a gritar y a echar porras a Reforma, porque estábamos concentrados por allí, cerca del Ángel y cuando gritaban mi nombre, casi lloré”.
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52 años de tradición
Ya pasaron 52 años desde aquel 11 de junio de 1970. Sin embargo, la tradición se mantiene. El Ángel de la Independencia ha sido escenario de las celebraciones por los campeonatos de la selección Mexicana en torneos como la Copa Confederaciones, la Copa Oro o los Juegos Olímpicos. Por supuesto, también es el lugar donde se celebran las victorias de México en los mundiales.
Por su parte, los aficionados de clubes capitalinos como Cruz Azul y América también se han apropiado de esta tradición y celebran en el Ángel los campeonatos de sus equipos.
¿Crees que pronto la Selección Mexicana le dará a sus aficionados más motivos para celebrar en el Ángel de la Independencia?
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