Ser actriz y atleta de tiempo completo es una labor que en apariencia no se puede ejecutar simultáneamente. Lo demandante de cada perfil, no deja mucha opción: o se actúa o se es deportista.
Sin embargo, Carmen Baqué, intérprete y corredora, se ha apropiado de ambos universos y hasta asegura que hacen match a través del compromiso y la disciplina que requieren.
Y cuando lo dice es en la más amplia acepción de la palabra, pues es entrenadora, participa en carreras espartanas, competiciones híbridas y entre todo eso ha aparecido en series como La Teniente, Oscuro deseo y en la recién estrenada Un buen divorcio.
Una relación integral con el deporte
Al conversar con Chilango confiesa que su relación tan integral con el deporte algún tiempo estuvo sesgada por las exigencias que podía llegar a tener su lado histriónico. “Solo pensaba en verme bien, pero te vas encontrando con lo que significa hacer ejercicio. Fui madurando esta idea del deporte”.
Cada escapada a sitios como El Bosque de Tlalpan, Los Viveros y correr en playa, cuestas y hasta nieves, se convirtieron en lecciones del verdadero poder del deporte. “Te hace ver la vida de otra manera, sobre todo introspectivamente”.
Compartiendo con otras mujeres
Lo ejemplifica cuando habla de sus actividades como coach, que le permiten compartir conocimientos que a ella solo la experiencia le dejó. “Estoy ahorrándoles el camino largo”, bromea. Y también cuando habla de compartir con otras mujeres.
“Hay una empatía de cuidarnos, protegernos”. Aunque para una actriz que entrenó box un año entero nada comprueba más el poder del deporte que los beneficios que le ha traído en el set. “Me ha dado muchos personajes. El deporte vuelve tu cuerpo muy funcional para lo que te pongan”.
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