En 2022 Andrea Martínez, pateadora de Pumas CU, se convirtió en la primera mujer en jugar en la liga de futbol americano de la ONEFA.
Hoy, además de prepararse para su segunda temporada en el equipo y estudiar Derecho, Andrea coachea a niños y niñas que empiezan a jugar en ligas infantiles. “Para los niños ya no es raro que haya una niña en el equipo”, cuenta.
Checa también: ¡Juega como niña!, de Marion Reimers: deportes sin prejuicios
Sin embargo, antes de ella era impensable ver a una mujer compitiendo en partidos de la ONEFA.
Del balón redondo al ovoide
Desde los 4 años Andrea Martínez ha practicado varios deportes: taekwondo, natación, box, artes y basquetbol. Pero curiosamente, el futbol americano fue el último que probó. No pateó un ovoide sino hasta los 21 años.
Antes de probarse como pateadora en el equipo de futbol americano de Pumas CU, ella jugaba en el equipo femenil de futbol soccer de la UNAM. Un día, el capitán del equipo de americano, Diego Pareyon, acudió a un entrenamiento para invitar a las chicas a probarse como pateadoras.
“Todas llegamos sin saber cómo se patea un balón de americano, pero ellos poco a poco nos fueron diciendo cómo: la técnica, los pasos y la forma de golpeo”, cuenta. Ella no fue la única mujer interesada, pero sí la más destacada. “Acudimos aproximadamente 15 niñas y durante esa semana fueron haciendo cortes”, recuerda.
La misma exigencia
Andrea Martínez debutó en un partido de la ONEFA en septiembre de 2022 conectando un punto extra contra Borregos CEM. Pero para llegar a ese momento tuvo que entrenar tanto o más fuerte que sus compañeros.
“Ellos se pueden tardar una hora con su rutina de ejercicios y yo me tardo dos. Tengo que calcularle para terminar la rutina, pasar por mis suplementos alimenticios, ir a Junta por posición, luego a junta general y de ahí a la cancha”.
“Yo nunca había hecho una rutina de gimnasio como las hacen ellos, de lunes a sábado. Entonces, se me dificultaron algunos ejercicios en la técnica y en el peso”, recuerda. Agrega que siempre recibió apoyo por parte de sus compañeros, quienes la hicieron sentir como una más del equipo.
“Siempre tuvieron la paciencia para explicarme una y otra vez cómo se hacía el ejercicio o apoyarme si necesitaba ayuda. Y lo mismo en el campo. La exigencia que ellos tienen para sí mismos, también me la empezaron a tener a mí”.
Andrea Martínez fuera de la cancha
A las 12:30 llega a C.U para hacer su rutina de gimnasio. Luego va a las juntas de estrategia y entrena en el campo con sus compañeros. Se da una ducha, come algo y se va a entrenar a los niños y niñas de los equipos infantiles. Andrea dedica casi 7 horas de su día al futbol americano. Pero hace mucho más que eso.
Desde las 7 de la mañana ya está tomando clases en línea de su posgrado en Derecho. Sueña con ser abogada penalista, litigar y hacer una maestría. “Nosotras nos ponemos nuestros propios límites”, dice.
Eso aplica dentro y fuera de la cancha. Sabe que ya hizo historia como primera mujer en jugar en la ONEFA. Pero al mismo tiempo detesta la condescendencia. Quiere seguir cumpliendo más objeticos y los objetivos personales y contribuir a los objetivos de su equipo.
Además, considera que su historia puede contribuir a un cambio cultural para que todos y todas veamos la participación de las mujeres en el futbol americano de forma tan natural como la ven los niños a los que entrena: “Es un cambio que forma parte de todo el proceso y toda la lucha que se ha llevado desde hace mucho tiempo”, finaliza.
Antes de irte, no dejes de leer: Echa la reta de Juego de pelota en el FARO Azcapotzalco de CDMX