Días Perfectos (Perfect Days) marca el regreso a la pantalla grande del director alemán Wim Wenders (París, Texas), película con la que vuelve a sus orígenes estilísticos.
Una cinta que tiene como protagonista al actor japonés Koji Yakusho, quien realiza una impecable actuación, que ya le ha dado el premio como Mejor Actor en el pasado Festival de Cannes. Además, la representante de Japón en los Premios Oscar, cuenta también con una excelente selección de banda sonora, que le da ese toque de melancolía que explora a lo largo de toda la historia.
Esta película es también una invitación a replantearnos si de verdad estamos disfrutando el presente y apreciando las pequeñas cosas que suceden en nuestro día a día.
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Días Perfectos y lo bello de apreciar lo cotidiano de la vida
Para Días Perfectos, Wenders tomó como escenario la ciudad de Tokio, específicamente los baños públicos y lugares inmersos en un barrio común donde transita la vida del personaje principal, el Sr. Hirayama.
La historia retrata la vida de un hombre maduro que trabaja limpiando baños públicos con tal dedicación que incluso lo convierte en todo un arte. Un personaje que lleva una vida muy metódica y rutinaria, que muchos podrían considerar como “común” o “aburrida”. Sin embargo, es precisamente esa tranquilidad lo que la convierte en extraordinaria.
La cinta tiene un inicio dedicado a mostrar de forma en extremo detallada los rituales cotidianos del protagonista. Cada mañana, el Sr. Hirayama se prepara exactamente igual para comenzar su día, una rutina llena de actividades repetitivas que cumple rigurosamente cada día de su vida.
No obstante, al transcurrir su día se va cruzando con distintos personajes y con distintas experiencias que pareciera vive sin darles mucha importancia, pero que después procesa de forma interna e inconsciente.
La película avanza al mismo paso que los días del protagonista y es precisamente eso lo que da al espectador la sensación de estar viviendo a la par que el personaje.
Días Perfectos es una invitación a apreciar cada detalle que conforma nuestro día a día, a revalorizar la armonía y lo que consideramos una vida llena de paz. También es una reflexión sobre lo que consideramos la felicidad.
Por si todo esto fuera poco, Wim Wenders apoya la narrativa de su película con una inmejorable banda sonora que incluye canciones de The Velvet Underground, The Animals, Patti Smith, The Kinks, Van Morrison, Stones y corona con el clásico “Perfect Day” de Lou Reed.
De cortometrajes sobre baños públicos a una carta de amor a la cotidianidad
Un dato curioso sobre Perfect Days es que tiene su origen en la invitación de un empresario japonés al director Wim Wenders para hacer una serie de cortometrajes sobre los baños públicos de Tokio.
Los baños de la ciudad nipona son famosos por sus singulares diseños e incluso por su tecnología, es por eso que Koji Yanai, hijo del fundador de Fast Retailing, pensó en el proyecto de los cortometrajes como una muestra arquitectónica de dichos baños.
Sin embargo, Wenders vio más allá y decidió hacer un largometraje en el que exalta las virtudes de los baños públicos y el rol tan importante que juegan en una ciudad tan importante.
Días Perfectos (Perfect Days) de Wim Wenders ya se está proyectando en diferentes salas de cine de la CDMX, así que es una excelente opción para ver si andas planeando ir al cine.
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