Aunque muchas personas se resistan a admitirlo, los humanos y las otras formas de vida estamos conectados como si fuéramos las fibras de una tela; acabar con uno o varios hilos por insignificantes que parezcan pueden destruir todo el tejido.
A pesar de que la ciencia nos lo lleva advirtiendo desde hace décadas, los gobiernos y distintos actores de la sociedad siguen sin entender las graves consecuencias de la contaminación y la destrucción de ecosistemas. Es por eso que desde el arte surgen propuestas que buscan enfatizar nuestra conexión con la naturaleza y lo urgente que es tomar medidas en contra de la contaminación.
Zurciendo el Planeta es una colectiva formada principalmente por mujeres latinoamericanas que a través del artivismo, específicamente el bordado usando materiales reciclados, busca transmitir el mensaje de la urgencia de actuar contra el cambio climático y las importancia de la conexión entre distintos individuos para garantizar la supervivencia, como ocurre en los bosque y selvas de la naturaleza.
El bosque de la esperanza
Su proyecto insignia El bosque de la esperanza es un conjunto de bordados que se presentó inicialmente en la Conferencia Climática Anual de las Naciones Unidas 2021 (COP26) de Glasgow, Escocia. Pero también ha visitado recintos mexicanos como el Museo de Ciencias Universum, el Huerto Roma Verde o el Centro de Educación Ambiental y Vigilancia Climática de Coahuila.
Antes de empezar su gira por ciudades argentinas, este bosque de telas se presentará en el Segundo Dinamo de la Alcaldía Magdalena Contreras el 11 y 12 de febrero. Por eso entrevistamos a Dora Napolitano, Gabriela Wiener y Argelia Luna Aguilar, tres de las responsables de esta actividad, para que nos contaran más de su proyecto.
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¿Cómo surge la colectiva Zurciendo el Planeta?
Dora Napolitano: Desde 2016 yo empecé a hacer talleres en espacios públicos para incentivar a la gente a cambiar la forma de ver la ropa vieja. Luego de dos horas de trabajo la gente se iba feliz con algo nuevo surgido de material reciclado, era una reflexión sobre la basura textil que producimos.
En 2020, durante la pandemia, hice con algunas amigas talleres vía Zoom sobre huertos urbanos y artivismo bordando tela, arte con un mensaje, en nuestro caso temas ambientales. Para mí, bordar es una oportunidad de crear mientras intercambiamos con otras mujeres, que es algo que han hecho muchas generaciones de mujeres antes que yo. Luego de seis meses, se sumaron muchas compañeras chilenas, argentinas y mexicanas, quisimos darle seguimiento pese a la distancia y la idea que surgió fue que cada una bordara un árbol que nos representara y con ello hacer un bosque.
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¿Qué mensajes buscan transmitir con este bosque hecho de bordados?
Dora: El bosque es una comunidad, pero no solo de árboles, también lo es de animales y microorganismos. Esa era la metáfora que nos gustó. Aunque nosotras estábamos tan lejos, nos alentábamos a vivir de manera sostenible. También influir en nuestras comunidades y compartir saberes como los árboles y hongos lo hacen a través de los micelios. El bosque original éramos 14 mujeres de cuatro países, conectadas por un Zoom. Pero decidimos llevarlo a la cumbre COP 26 de Glasgow. Por lo que lo anunciamos por redes sociales y para nuestra sorpresa, en tres meses se sumaron tantas personas que llevamos 157 árboles a la conferencia.
Sin embargo, la conferencia de la que tanto se esperaba por darse luego de una pandemia de la que ya nos habían advertido igual que de los efectos del cambio climático, fue decepcionante por los avances mínimos que se dieron. Luego de eso, la colectiva convirtió ese sentimiento en unas ganas de seguir trabajando entre mujeres para compartir nuestro mensaje como una cuadra organizada. El bosque que creamos organizadamente para transmitir un mensaje a los líderes mundiales, pasó a ser una vía para la organización desde abajo y entre colectividades. La crisis climática todavía es reversible si nos organizamos, eso es lo que queremos transmitir con el bosque.
Gabriela Wiener: Al inicio trabajamos en crear algo hermoso y significativo que nos inspire a nosotras a crear redes. Conectamos con personas con intereses semejantes. Yo conozco este proyecto casi desde el origen y busco aprovecharlo para transmitir este mensaje a nuevas generaciones, porque he trabajado con niños. Empiezo a notar una sensación de angustia por el futuro y la idea de esto es inspirar esperanza.
Creo en el arte como un medio de crear conciencia en las personas pero también en las redes para crear resistencia. El próximo fin de semana en la Magdalena Contreras es la primera vez que nuestro bosque metafórico llega a un bosque real. Creo que será impresionante por el mensaje que transmite y la conexión que creamos con comunidades reales.
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¿Cómo se da la idea de exponer el bosque metafórico en un bosque real?
Argelia Luna Aguilar: Yo conocí el proyecto gracias a la exposición que tuvo en el museo Universum, en mayo de 2022, y algo me llamó mucho de los árboles bordados. Al verlo quedé muy conmovida. Ya había conocido a Gabriela de manera virtual, así que al salir de la exposición. Hablé con ella en persona y le propuse poner este bosque entre árboles reales. Soy de la comunidad originaria de La Magdalena Atlitic, en la Magdalena Contreras. Tenemos a nuestro resguardo 3 mil hectáreas de bosque, con el único río limpio que queda en la ciudad, que brota de Los Dinamos.
Vivimos en una propiedad comunal, no hay un dueño específico del bosque. Nos estamos organizando para formar lo que llamamos el Centro de Estudios de la Cuenca del Río Magdalena. Por eso nos contactamos con Gabriela y las invitamos a integrarse a las actividades que estamos haciendo para este Centro. Y así abrir el espacio de nuestra comunidad para hablar de la importancia de la conservación de los bosques. Uno de nuestros objetivos es hacer investigación acerca de la comunidad y el medio ambiente de Los Dinamos. Esto con con la finalidad de ayudar a preservar esta herencia. Por eso me pareció que estos dos proyectos están muy conectados por lo que se concretó esta invitación.
Mi rol con la colectiva solo ha sido como organizadora de esta sede. Pero me gustó mucho la idea de aprovechar el tejido como una forma de rescatar tradiciones de nuestras abuelas que hemos desdeñado. Acá en la comunidad estamos enfrentando dificultades porque la mancha urbana nos comió. Y el bosque de la Magdalena se conserva solo porque es suelo de conservación.
Yo creo que esta cuestión de rescatar la noción de comunidad es necesario para seguirnos motivando a cuidar este patrimonio y tener la inspiración del Bosque de la esperanza es un refuerzo para crear dentro de esta comunidad algo para compartir y resistir. Es muy bonito tenerlas dentro del área que mi familia y mi comunidad tiene a su resguardo.
Si te interesa conocer el Bosque de la Esperanza
Argelia Luna Aguilar: La exposición El bosque de la esperanza será el 11 y el 12 de febrero. En un horario de 11 a 16 horas. En el área del paraje Tecalco, en lo que se conoce como el Segundo Dinamo. Habrá talleres de bordado y charlas sobre distintas actividades de conservación ambiental.
Dora: Esperamos que sea algo grande y significativo, porque el 1 de marzo, nos llevamos los bordados para Argentina. Porque este proyecto también ha sido crear conexiones por todo el planeta y platicar para resolver muchas cosas.