En pleno Masaryk, con una oferta gastronómica que deleita tanto a extranjerxs como a locales, Diego y yo es un restaurante en Polanco, aquí se recrea literalmente el arte de comer rico.
Desde el nombre puede intuirse, pero este concepto rinde homenaje a la cultura mexicana, tanto por su cocina como en la selección de ingredientes utilizados en sus productos.
Llegar a Diego y yo es toparse con la historia de Frida Kahlo, su arte y la relación con Diego Rivera. Esto es palpable por las fotografías que hay en las paredes, pero también por pequeños detalles en los alimentos y en los nombres que aparecen en el menú, un guiño ingenioso y divertido.
¿Qué comer en Diego y yo?
Como si se tratara de una paleta de óleos, al sentarse, colocarán unos frijolitos en molcajete y las salsas para condimentar los alimentos, va de menor a mayor picor: la verde, la roja, la tatemada, la amarilla de habanero o la negra con influencia asiática. Así como en un cuadro, hay que saber usar las combinaciones sabiamente.
Aquí puedes encontrar los típicos antojitos mexicanos, pero elevados a preparaciones más complejas. No obstante, los sabores, colores y texturas tan tradicionales de los tacos, infladitas, tetelas, están ahí, adornados como un hermoso cuadro de Frida o Diego.
Para algo original, pide los tacos de del Norte, llevan tortillas de harina, frijoles, barbacoa de short rib y aguacate. Es uno de los platos consentidos de la casa.
Para el plato fuerte hay cortes nacionales provenientes de la región de Torréon, Coahuila, de gran calidad, añejados durante 45 días. La suavidad de la carne y el cómo la condimentan hace toda la diferencia. En esta misma línea carnívora mexicana estás las enchiladas de picaña, una combinación que se volverá adictiva.
Si prefieres algo menos pesado que la carne, ve por el salmón glaseado. Va sobre un puré rústico de papa cambray con chiltepín, crocante de queso parmesano y mayonesa de ajo tatemado. O pide también los camarones zarandeados al chipotle, un toque mexicano que se mezcla perfecto con el risotto y los espárragos.
¿Postre? Si aún está ese huequito, una buena opción es el flan de requesón, es cremoso, no es tan dulce y combina la textura suave de lo gelatinoso y la crema con el crocante de la galleta y el caramelo. O, también recomendamos el pan de elote, servido en la misma hoja del maíz. con helado encima, es ese gustito culposo para cerrar perfecto la comida o cena.
¿Qué bebidas elegir?
Al igual que en la gastronomia, Diego y Yo ofrece una experiencia en su selección de cócteles y bebidas sin alcohol, con un atinado gusto y perfecto equilibrio entre sabores clásicos e ingredientes endémicos.
Para beber, recomendamos mucho los cocteles, el más especial que probamos fue el Autorretrato. Es una copa con sabores suaves y cítricos donde flota una imagen de Frida Kahlo que es comestible. El mayor detalle está en que a la mesa ponen primer un marco vacío y dentro colocan el coctel. “Me pinto a mi misma por que soy a quien mejor conozco”, dice la frase que lo acompaña.
Cuentan también con una amplia oferta de vinos nacionales que vale la pena preguntar para maridar mejor los platos.
Dónde: Av. Pdte. Masaryk 123-B, Polanco
Horarios: lunes a miércoles 13:00 a 00:00 horas; jueves a sábado 13:00 a 02:00 horas, domingo 13:00 a 20:00 horas
Costo promedio: 1,200
IG: @diegoyyomx