La CDMX aún guarda tesoros no descubiertos y prueba de ello es que investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hicieron un increíble hallazgo entre los edificios de Tlatelolco.
Seguro que en varias ocasiones has caminado por los callejones de Tlatelolco; imagínate que bajo tus pies estuvo oculta durante siglos una aldea teotihuacana, exactamente hace más de mil 500 años.
El nuevo hallazgo se realizó entre marzo y junio de 2023 en el conjunto urbano Nonoalco-Tlatelolco, donde se encontraron tres entierros humanos, acompañados de piezas cerámicas, con características teotihuacanas.
Los investigadores identificaron seis etapas culturales de ocupación: dos prehispánicas (teotihuacana y mexica) y cuatro históricas (una del siglo XVIII, otra del XIX y dos del XX).
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El asentamiento fue reconocido debido al hallazgo de elementos constructivos, como canales, pisos, apisonados, alineamientos de piedra, huecos de poste, un pozo artesiano, renivelaciones de buena factura que alternaron con gruesas concentraciones de cerámica.
Arquélogo reportó la aldea teotihuacana hace 35 años
En 1988, el arqueólogo Francisco González Rul propuso que pudo existir un poblado, desde épocas anteriores a la fundación de Tlatelolco sobre un islote natural que ocupó gran parte de los barrios tlatelolcas en Iztatla y Tolquechiuca, distribuidos en el territorio que hoy ocupan las calles de Privada Marte, Marte y Héroes, al oriente; Estrella, al sur; Eje 1 Norte Guerrero, al poniente; cerrando al norte dentro de la Unidad Nonoalco-Tlatelolco.
De acuerdo con la evidencia de cerámica hallada, la aldea se puede ubicar cronológicamente alrededor de los años 450-650 de nuestra era, correspondiente al periodo Clásico, en sus fases Xolalpan Tardío-Metepec, informó el INAH en un comunicado.
Los investigadores consideran que se trataba de una aldea de pescadores–recolectores, que aprovechaban los recursos del lago de Texcoco.
Si bien se puede considerar enclavada en un contexto rural, debió tener nexos de intercambio y dependencia con otros centros rectores teotihuacanos inmediatos a la ribera poniente del lago de Texcoco, ubicados en Azcapotzalco y Tenayuca.
Las evidencias de naturaleza histórica corresponden a elementos arquitectónicos, como pisos de concreto, enladrillados, empedrados, recubrimientos de tabique, muros de mampostería y tuberías de agua potable y drenaje que permitieron definir la planta arquitectónica de un inmueble que se conformó de varias habitaciones alrededor de un posible patio central.
Además, se recuperaron materiales arqueológicos de cerámica, hueso de animal, numismática, madera, vidrio y metal.
“Con estos nuevos hallazgos se ha consolidado y demostrado la existencia de una aldea de ocupación teotihuacana en el área de Tlatelolco”, informaron el arqueólogo Juan Carlos Campos Varela y la arqueóloga Mara Abigail Becerra Amezcua.
Las excavaciones arqueológicas ya terminaron y actualmente el equipo de especialistas lleva a cabo la fase de análisis de los materiales y de los restos óseos recuperados.
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