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Descripción

Reseña

La Roma es como una caja de chocolates, nunca sabes qué delicia te puede tocar. El Chapter-Roma resultó ser el único chocolate blanco de la caja, y además. con un tentador relleno licoroso. "Es un bar de choppers", me dijo el culposo cómplice de misborracheras, mi mejor cuate. Y sí, sobre Álvaro Obregón, una fila de motocicletas con guardafangos y luces espectaculares decoraron la fachada. Aunque predominaron la concurrencia masculina y las chamarras de piel, el ambiente se alimentoó de todos colores y sabores. Me di la tradicional bienvenida con un Jack & Coke con mucho hielo. El concepto me sedujo y recorrí el lugar para saborearlo más a gusto. Está en un segundo piso, vestido de ventanales y una terraza con vista a la avenida. La iluminación es similar a la de un bar de paso del sur de gringolandia, con iluminación tenua en la que apens se definen los rostros de la clientela. Chicas veinteañeras provenientes del norte del páis al brindis, mujeres maduritas (pero sexys) en pleno chisme y chicos en el ahogo del estrés semanal destacan entre la multitu. Retratos de figuras del cine de oro decoran las paredes, detalles retro que le dan un toque clásico y de buen gusto. Un grupo de hombres cuarentones brindaban entre sí, los del "Chapter Ajusco". Me acerqué al más sobrio de la bola para que me platicara un poco acerca de esta pasión por recorrer la ciudad en dos ruedas y el cutlo detrás. Descubrí que los chapters son las sucurales de la Harley Davidson, y para pertenecer debes ser dueño de una de estas joyitas motoras. Llegué a la terraza, prendió un cigarrito y lo acompañé con uno de los tragos icónicos de la carta de bebidas. Todos llevan nombres de máquinas clásicas o de pelis famosas de motos. Probé el Easy Rider. La mezcla de Jack Daniels, jugo de limón, azúcar, menta y amargo de angostura me hizo creer en los menjurjes para la relajación exprés. Me tocó ser la conductora designada, así que por esta vez intercambie la babedera por dos platillos manjares: una chimichanga de elote con espinaca y queso ($45), y las buffalo wings, delicias que compartí con mi cuate ($74). Sin duda regresaré. La siguiente parada será a la hora de la comida, me quedé con el antojo de probar la hamburguesa Chapter con papas ($95), un platillo grasosito y delicioso.