La Riviera Maya es un sitio en el que la energía y el misticismo se conjugan para despertar los sentidos de sus visitantes. La conexión que se establece con los escenarios naturales, la arena, el Mar, el Sol o la Luna son únicos, y hay spots que potencian todos estas sensaciones.

Un recorrido catártico

En la herencia maya existen dos universos: el ecúmene (donde vivimos nosotros, los seres creados) y el anecúmene (en el que moran las divinidades y nuestros ancestros), además los pobladores creían que tenemos varias almas, incluida la ohlis, que adquiere conocimientos a través de los sentidos.

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Imagina visitar un lugar en el que ambos espacios en la tradición sureña parecieran unirse para que los dos sentidos más importantes para el cerebro humano: la interocepción (cómo están nuestros órganos) y la propiocepción (cómo está nuestro cuerpo por fuera) hagan un reset, a través de los otros cinco.

Hay que esperar a que caiga la tarde en la costa del Mar Caribe para vivir una aventura casi fuera de serie, que incluye que nuestra percepción sea puesta a prueba con “trucos” visuales y mentales, y que la eleos (compasión) y el phobos (temor) logren purificarse a través de un estado emocional extremo.

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Xenses Insomnia es todo eso y más, a través de la Ruta del Hacer y de la Ruta del Sentir los sentidos necesitarán estar en su máxima expresión para no perder la cordura en un pueblo en el que el agua corre de abajo hacia arriba o en el que los espacios te transforman en un enano o en un gigante.

La adrenalina juega una parte central en la preparación de una sublime experiencia que provocará la anhelada catarsis. Enfrentar los miedos, en el mejor de los sentidos, es el must en este místico sitio con un tobogán y una tirolesa en Vuelo de Búho.

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La siguiente etapa es una cálida corriente de Ríolajante y una cobertura total de lodo en Lodorama que cambiará la sensación en la piel. Todo esto es una preparación necesaria para la prueba, que si lo permites, logrará algo más intenso que la catarsis, el hacerse consciente de que hay cosas que debes cambiar.

Una visita que te transformará

Una vez superados los miedos a recorrer en entre luces neón las curvas y saltos de un tobogán que te lleva a un refrescante chapuzón o del temor a las alturas y extender los brazos como si fueran alas, llegarás ante un camino que te retará en todo momento.

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Conocerás Xensatorium, una vez que tu cuerpo liberó toda su energía ante la velocidad y luego recuperó parte de la tranquilidad al atravesar el túnel de los sentidos en completa oscuridad, será hora de enfrentar un laberinto de arterias subterráneas.

Con tus pies descalzos cada cambio de suelo es una experiencia que puede dar temor, pero que también aumenta el dicho de que caminar sin ver en la oscuridad, requiere de toda la luz de nuestra fe. Pasto, lodo, un laguito de agua helada, sonidos de animales salvajes… logran un viaje en el que se dejarán los miedos atrás.

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Recorrer todas las arterias de Xenses Insomnia para salir a unas cavernas en las que lo primero que se escucha es la voz de la eterna Mercedes Sosa con su icónica “Gracias a la vida” e ir leyendo frases que motivan a abrazar este recorrido y su transformación inmediata, conmueven a cualquiera.

“Está pensado para desafiar los sentidos, tener un trabajo introspectivo. Es un viaje al interior a través de experiencias como el Xensatorium, que eres tú contra tus miedos, lo que tienes en la cabeza, es una oportunidad de meditar, jugar con la imaginación”, dijo Yandra Orsini Aarón, Sr. PR Manager Grupo Xcaret, a Chilango.

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Orsini Aarón indicó que Xenses Insomnia combina una arquitectura de locura que conecta con las raíces mexicanas (El Chavo del 8 incluido), con música y gastronomía idóneas. “Este es un juego con los sentidos, entre la percepción y la realidad, una experiencia totalmente surrealista en la Riviera Maya”, finalizó Yandra.

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